Todos los 14 de marzo, desde 1972, se conmemora en Argentina, el Día Nacional de las Escuelas de Frontera. El objetivo de esta fecha es reconocer la importancia de estos establecimientos de enseñanza que buscan garantizar el acceso a la educación a niños que viven en zonas fronterizas, aisladas y rurales.
La fecha fue establecida porque hace 53 años se aprobó la Ley 19.524 que implementó la creación de escuelas de frontera. La norma establece que estas instituciones fueron “fundadas con el propósito de que ningún argentino deje de asistir a clase, por más alejado e inhóspito que sea el lugar en que habite”. La ley aplica a chicos que tienen grandes dificultades y distancias para poder acudir a los colegios convencionales.
Ese mismo día, se publicó el Decreto 1.531 en el Boletín Oficial. En él se creó una comisión especial y permanente, presidida por el ministro de Cultura y Educación, a cargo de coordinar “las actividades vinculadas con la formulación, ejecución y control de la política educativa en zonas y áreas de frontera que realicen los organismos dependientes del Ministerio”.
Esta efeméride, además, busca destacar el trabajo que hacen los docentes en zonas complejas y generar solidaridad y cercanía mediante el apadrinamiento de escuelas que se encuentran en los límites geográficos del país.
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Billiken habló con Hipólito Gordillo, el director de la Escuela Nº301 "Gendarmería Nacional", del distrito Potrero Grande, en el Departamento Vinchina, en la provincia de La Rioja, para conocer más sobre la función que cumplen y por qué es importante que existan las escuelas de frontera.
¿Dónde están y qué necesitan las escuelas de frontera en Argentina?
Se estima que, en la actualidad, el número de escuelas de frontera supera los 11 mil establecimientos. Están distribuidos en las provincias de:
- Entre Ríos,
- Corrientes,
- Misiones,
- Formosa,
- Salta,
- Jujuy,
- Catamarca,
- La Rioja,
- San Juan,
- Mendoza,
- Neuquén,
- Río Negro,
- Chubut y
- Santa Cruz.
Las escuelas se extienden por 9.376 kilómetros en la frontera argentina con cinco países.
"La particularidad que tienen estas escuelas de frontera es que se encuentran en lugares muy alejados, en zonas inhóspitas, por caminos de difícil acceso, en comunidades pequeñas que carecen de servicios esenciales" — explica Gordillo y continua — "El objetivo de estas instituciones es garantizar el derecho a la educación con igualdad de oportunidades para todos los niños y jóvenes, como lo indica la ley nacional y la ley provincial". El docente destaca además, que los pilares fundamentales de este tipo de escuela es cultivar los valores patrios, resaltar la cultura nacional y brindar un conocimiento de la cultura del trabajo, con el ejemplo, la responsabilidad y el compromiso de todos los que forman parte de esa comunidad.
"La principal necesidad de estas escuelas es que sean integradas y reconocidas en el sistema educativo nacional. La Ley 19.524 tiene como objetivo proteger, organizar y brindar los materiales y las condiciones edilicias para un óptimo funcionamiento. Eso debería cumplirse. Es necesario que se acondicionen como corresponde, que tengan calefaccionamiento adecuado, según la ubicación geográfica. Alumnos y docentes deberían contar con movilidad. Otra cuestión importante, es que debería respetarse es el sistema jubilatorio para todo su personal, ya que trabajar en estos lugares no es sencillo: se sufre un desgaste físico y mental", destaca el director de la escuela.
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La Escuela Nº301 "Gendarmería Nacional", donde trabaja Hipólito Gordillo, está situada a 100 kilómetros de la cabecera departamental y a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar (m.s.n.m). El clima de la región es frío y seco, por ser parte de la precordillera riojana. En este caso, la escuela cuenta con los 3 niveles: inicial, primario y secundario. Los 12 alumnos asisten a jornada completa. En total, trabajan allí 5 docentes: el director, 3 maestras de grado que atienden el plurigrado y un profesor de educación física.
¿Por qué es importante que existan estas instituciones?
Gordillo menciona que es importante que existan las escuelas de frontera porque brindan una estructura y estabilidad a la sociedad. Aportan enseñanza, ayuda económica y una contención a los niños y jóvenes que viven en zonas fronterizas, aisladas y rurales, a través de los proyectos formativos con base local. De esta manera, estas comunidades evitan el desarraigo, manteniendo y fomentando el sentido de pertenencia y el amor a la patria.
