Cada vez más chicos y chicas participan en grupos de WhatsApp, especialmente cuando empiezan la primaria. La herramienta es útil para mantenerse en contacto, pero también puede ser fuente de malentendidos, conflictos o incluso angustia. Entonces, ¿cuándo y cómo deberían empezar a usarla?
¿Qué dice la ley y qué pasa en la práctica?
Según las condiciones de uso de WhatsApp, los menores de 13 años no deberían tener una cuenta. Sin embargo, en la realidad muchos comienzan a usarla antes, con ayuda de sus familias. La aplicación se vuelve especialmente frecuente a partir de los 9 o 10 años, cuando los grupos del colegio, los equipos deportivos o las actividades extracurriculares comienzan a organizarse por esa vía.
Para muchas familias, sumarse a estos chats grupales parece inevitable. Y aunque puede tener ventajas —como permitir que los chicos se comuniquen entre sí, resuelvan tareas o mantengan vínculos fuera del aula— también puede presentar riesgos si no se acompaña adecuadamente.
¿Qué tipo de problemas pueden aparecer?
En el contexto escolar, los grupos de WhatsApp pueden volverse espacios de exclusión o de conflicto. A veces, sin querer, se comparten mensajes ofensivos, imágenes fuera de lugar o chistes que incomodan. Otras veces, surgen malentendidos por no saber bien cómo comunicarse por escrito o por no captar los tonos de una conversación digital.
Además, el uso excesivo o la necesidad de estar siempre conectados puede generar ansiedad o dificultar el descanso.
Por eso, muchas escuelas ya están reflexionando sobre el tema y buscando pautas de uso que ayuden a cuidar a los estudiantes también en los entornos digitales.
¿Cuándo es un buen momento para que se sumen?
No hay una edad exacta para empezar, pero sí hay señales que pueden orientar a las familias. Por ejemplo:
- ¿El niño o niña entiende qué es un grupo y cómo se participa en él?
- ¿Sabe reconocer cuándo un mensaje puede molestar o herir a otra persona?
- ¿Puede manejarse con normas básicas de convivencia digital?
- ¿Cuenta con el acompañamiento de adultos atentos a lo que ocurre?
Lo importante no es tanto la edad, sino la madurez emocional y social del chico o la chica. Y, sobre todo, que haya adultos disponibles para hablar, guiar y estar atentos.
También te puede interesar > Ciudad de Buenos Aires: se reguló el uso de los celulares en las aulas
Claves para acompañar a los chicos en los grupos de WhatsApp
Si un niño o niña va a empezar a usar grupos de WhatsApp, es fundamental que no lo haga en soledad. Acá van algunas ideas para acompañarlos mejor:
- Conversar antes de empezar: explicar qué es un grupo, cuáles son las reglas básicas de respeto y qué tipo de mensajes no deberían compartirse.
- Poner límites claros: por ejemplo, evitar el uso de pantallas antes de dormir o durante las comidas.
- Estar disponibles: mostrar interés por lo que pasa en los chats, preguntar cómo se sienten y ofrecer ayuda si algo los incomoda.
- Evitar el control excesivo: es importante que los chicos sientan que pueden confiar en los adultos, y no que están siendo espiados.
- Intervenir si hay conflictos: si aparece una situación preocupante, es clave hablar con ellos y, si es necesario, con la escuela o con otros adultos responsables.
Grupos de WhatsApp escolares: ¿sí o no?
Una pregunta frecuente es si conviene que existan grupos de WhatsApp entre compañeros del colegio. La respuesta depende del contexto. En algunos casos, pueden fortalecer los vínculos, pero en otros, se transforman en fuentes de estrés o discriminación.
Algunas escuelas están empezando a proponer “contratos digitales” que acuerdan con las familias y los chicos. Se trata de pautas de uso que ayudan a prevenir problemas y a promover un uso más saludable y respetuoso de la tecnología.
(c) The Conversation / imagen: 123RF