Ángela Peralta Pino fue una pionera de la educación rural cuando a mediados del siglo XX recorría el norte santafecino con su escuela rodante.
En un contexto rural disperso caracterizado por las extensas distancias, la falta de líneas de comunicación y las complicaciones climáticas, la alfabetización de los niños y niñas se dificultaba. Entonces, en 1940, esta maestra decide salir a bordo de un vagón de tren convertido en aula para recorrer distintas geografías. La Escuela Rodante comenzaba una gran labor, que continuaría por 22 años.
La Escuela Rodante Nº 942 estaba montada en un antiguo vagón sobre ruedas aptas para el tránsito en caminos de tierra y tenía el objetivo de alfabetizar a los hijos de los hacheros y peones rurales que vivían en lugares donde aún no existían escuelas permanentes. Con ese propósito, Ángela recorrió los obrajes forestales como el de Los Guasunchos, Los Quebrachales e Itapé, y lejanas zonas rurales de Santa Margarita, Los Guanacos, Cuatro Bocas y El Mate. También estuvo en zonas conocidas como La Avanzada, La Carreta y La Hiedra.
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El viejo vagón de ferrocarril reconvertido en escuela estaba pintado de blanco y tenía dos puertas, al pie de las cuales se ubican dos escaleras. Estaba dividido en dos partes: una destinada a aula –donde se ubican dos hileras de bancos, el pizarrón y un escritorio- y el otro sector, destinado a vivienda de la maestra.
Además de su tarea pedagógica, Ángela llevó adelante un importante trabajo social como por ejemplo socorrer necesidades sanitarias, ayudar a las mujeres y contrarrestar los efectos del hambre y el alcoholismo.
Ángela nació en Providencia, Las Colonias, Provincia de Santa Fe el 9 de noviembre de 1901. En su adolescencia se marchó a Rafaela para estudiar y se inscribió en la carrera de magisterio, en la Escuela Normal “Domingo de Oro”, donde fue compañera de estudios de Leticia Cossettini. Luego del primer año, debido a la presión de su familia, abandona los estudios. Sin embargo, en una visita a una estancia importante de 9 de Julio, le piden que comience a enseñar a los hijos de los peones y así se inicia en la labor docente en la cual se destacará por su entrega absoluta.
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Su trabajo docente fue tan significativo que se reconoce la fecha de su nacimiento, el 9 de noviembre, como Día Nacional de los Maestros Rurales. Algunos la llamaban Angelita, otros se referían a ella como la "maestra caracol".
La escuela quedó abandonada durante muchos. En 1982 fue rescatada y convertida en museo. Desde entonces, está ubicada en el ingreso a la ciudad de Tostado.