En el arte, una gran cantidad de artistas trabajan para visibilizar las riquezas de la interculturalidad. Es el caso de Mirta Toledo, artista visual, pintora, dibujante, escritora y escultora, cuyo trabajo se ha destacado en el campo de la cultura afrodescendiente.
Es licenciada en Artes Visuales (IUNA), egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, Profesora de Escultura y de Pintura. Vivió en los Estados Unidos durante 25 años, donde desarrolló su carrera como artista visual. Desde 1990 sus trabajos forman parte de Diversidad Pura, una serie que celebra la diversidad en todas sus formas.
Mirta nació en Argentina en 1952 y es hija de un matrimonio interracial. Con un padre de origen afro-guaraní y una madre española, la diversidad era algo cotidiano. Las historias sobre la guerra civil española o sobre los dioses guaraníes eran habituales en las noches en familia. Vivían en un cuarto alquilado de una casa compartida, donde esos relatos eran el mayor entretenimiento en un hogar donde no había televisión. Mientras, en la escuela, Mirta padecía la discriminación de sus compañeras de aula, quienes la dejaban de lado y no la trataban bien.
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Sin embargo, su maestra de quinto grado tuvo una actitud excepcional que marcó un punto de inflexión, tanto en su vida como en el desarrollo de su futura carrera. Un día, esa docente, Nélida Ricciutti, la llamó a Mirta a que pase al frente del aula y les dijo a todas sus compañeras que estaban viendo a una artista. A partir de ahí, el trato hacia ella cambió favorablemente. Muchos años después, la vida las volvió a cruzar casualmente. Mirta cuenta, emocionada, que una tarde estaba viajando en colectivo cuando, de pronto, vio a su maestra caminando por la calle. A pesar del paso del tiempo, estaba igual. Desesperada, le pidió a los gritos al chofer que frene el vehículo. Las personas la miraban asombradas. Se bajó y se reencontraron. Desde ese día, las une una sentida y profunda amistad. “Ella fue importante. Me cambió mi autoimagen. Ella me dijo “vos vas a ser escritora o pintora” y yo empecé a leer más”, recuerda. Efectivamente, Mirta nunca tuvo dudas de que lo suyo en la vida era el arte y fue detrás de su sueño.