Paola Minigozi y su proyecto educativo en la modalidad especial: inclusión, huerta y creatividad en el aula

Paola Minigozi, docente de Misiones
Paola Minigozi es ingeniera agrónoma y profesora de Educación Técnica. Se dedica a la enseñanza especial desde 2014 y se especializa en cultivo y la creación de huertas.

Paola Minigozi vive y trabaja en Apóstoles, Misiones. Actualmente, lleva adelante sus proyectos en la Escuela Especial N° 5 "República de Polonia". Hace 17 años que se desempeña como docente, pero hace 10 que lo hace dentro de la modalidad especial. "Primero estudié ingeniería, pero ¿viste cuando sentís que te falta algo? La carrera que había elegido, aunque me encanta, no me cerraba del todo. En el 2004, una colega me sugirió hacer cursos de capacitación docente. Le hice caso y me entusiasmé. Comencé a especializarme cada vez más. Justo surgieron unas horas en una localidad cercana a la mía y empecé mi recorrido como docente", cuenta Minigozi.

Características de la modalidad especial y el aula

En la modalidad especial, la cantidad de alumnos dentro del aula es más reducida. Son alrededor de 15 alumnos porque es una educación más específica: "Cada persona tiene una forma de aprender distinta y el o la docente tiene que prestarle atención a cada uno. Gracias a la diversidad, hay que hacer adaptaciones para que les sea más fácil incorporar el contenido", explica la especialista.

A la hora de armar la planificación, tiene en cuenta qué modificaciones tiene que realizarle a cada contenido. Paola Minigozi cuenta que en el 2016, muchos estudiantes que estaban con ella en el aula, pasaron a la modalidad común: "La inclusión se hizo más amplia, entonces hoy, dentro de la modalidad especial, quedan los específicos. A partir de este cambio, tuve que rever como daba mis clases. En la escuela tenemos un muy buen equipo de orientación, compuesto por psicólogos y psicopedagogos. Juntos vimos cómo trabajar dentro de la diversidad de estilos de aprendizaje que había en las aulas.

Estrategias y proyectos pedagógicos

La docente trabaja dentro y fuera del aula. Uno de los primeros cambios que hizo fue comenzar la explicación en el interior y luego pasar al exterior. Además, siguió capacitándose y comprando material. "Hoy tengo cosas que antes me resultaban impensadas: peluches de lo que se te ocurra, en forma de frutas y verduras, pictograma... Traje todo lo que pude adquirir y sigo incorporando cosas. Ahora, por ejemplo, me compré una abeja, para que los chicos puedan entender lo que es la polinización y por qué son tan importantes ellas, tanto como las mariposas, que también tengo", explica. A partir de estos objetos, ella puede ir desglosando distintos temas.

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"También tengo alumnos grandes, del Profesorado de Agronomía, Instituto San Agustín, que suelen venir a través de convenios. Me ayudan en algunas clases, cuando tengo que hacer trabajos que con los más chicos, que dependiendo la actividad, se complica un poco", cuenta.

Además de adaptar el contenido a sus alumnos, también debió modificar los canteros con los que trabaja al aire libre: " El 2023 fue muy lluvioso acá. El agua brotaba de los canteros de la escuela de una maneta increíble. Lo que hice fue construir canteros con palets y material reciclado, en altura". Otra modificación que les tuve que hacer fue para que una de mis alumnas, que está en silla de ruedas, pueda participar de todo. "Hicimos un recorte en el medio, para que pueda entrar la silla".

En la huerta que se encuentra en la galería de la escuela plantaron:

  • Aromáticas,
  • Cebolla
  • Perejil,
  • Lechuga.

La idea de un proyecto transversal

Todos los años, en la escuela, trabajan con un proyecto transversal, incluyendo a todas las áreas y a todos los grados, que participa en una feria de ciencias.

Uno de los proyectos que realizaron involucra una compostera: Fui a un programa del cable local donde la promocionaban. Era de una empresa de Buenos Aires, en alianza con Rosamonte. Pedí que me la prestaran para probar y lo logré. El único residuo que utilizamos en la escuela es de yerba, porque no tenemos comedor".

La docente está en contacto con el INTA, que a veces los ayuda y les brinda materiales. Desde el instituto, les ofrecieron llevar a analizar el material compostado a Cerro Azul. "Los resultados fueron muy buenos. Mucho mejores de lo que pensábamos que iban a ser. Así, fuimos con más confianza a la feria de ciencias" —cuenta y continua— "Rosamote nos ayudó a organizar un concurso. Ellos le entregaron una compostera a cada una de las escuelas que participaron".

El compromiso de Minigozi con sus proyectos es total. En épocas de calor, se lleva la compostera a su casa para que las lombrices no se vean afectadas y el trabajo que realiza con sus alumnos no se pierda. En épocas de sequía, también traslada las plantas a su hogar, para que sean regadas como corresponde.

Estrategias y proyectos pedagógicos

"Muchas escuelas de nuestra zona, que es la zona Centro de la provincia de Misiones, se entusiasmaron. La supervisora, que siempre nos está alentando a que hagamos cosas, nos pidió que les mandemos un núcleo de lombrices con tierra, para que empiecen a generar su propio compost. Rosamonte donó dos composteras más para estas escuelas. Así comenzamos a trabajar en red y la salida a la comunidad, que tanto se busca en las instituciones.

Paola Minigozi y su proyecto didáctico en la modalidad especial

Para trabajar con sus alumnos tiene 40 minutos. "Tenés que tener varias actividades preparadas porque si no, los chicos se aburren. Necesité darle una vuelta de rosca a esa clase tan práctica que tenía yo, porque salíamos con la gurisada a trabajar en la huerta. Lo que busqué fue la manera de anticipar qué iba a pasar afuera y con qué íbamos a trabajar".

Así fue como Minigozi empezó a armar pictogramas: "Armé un abecedario dentro del aula, solo con imágenes de huerta y jardinería, para que haya fijación a través de la imagen. Organizo juegos de anticipación con los peluches. Busco representar adentro los cultivos y materiales que vamos a utilizar al aire libre. También y trabajamos con fichas donde ellos pueden pintar y pueden recortar entonces esa fijación cambió totalmente mi trabajo. Tienen esa anticipación y esa fijación de imágenes que antes no tenían". Ella busca la forma de enseñarle a todos. En la escuela secundaria, tiene un alumno hipoacúsico. Con él trabaja a partir del celular, incorporando de esa manera, la tecnología al aula.

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"Yo necesito divertirme en clase, para que ellos se diviertan aprendiendo". Otra de sus estrategias es escuchar música: intercala canciones que les gustan a sus estudiantes, con las que prefiere ella. Se enseñan los unos a los otros. "Logré que el proceso de enseñanza sea más dinámico".

Paola Minigozi, docente de Misiones - Modalidad especial

Más de la mitad de su sueldo "se va" en material didáctico. "Lo hago porque me gusta. Todo lo que compro es porque me divierte. Me armé una verdulería, con frutas y verduras adentro del aula, para que ellos también aprendan a ir al mercado. El proyecto de este año fue Alimentación saludable. Busco que sepan qué comprar y cómo armar un plato que sea bueno para la salud. La idea es que también lleven lo que aprendieron a sus casas y que puedan modificar e incorporar algunos hábitos, como comer aquellos vegetales que hay en la huerta", dice.

¿Cómo el aprendizaje influye en la vida cotidiana?

Las habilidades teóricas y prácticas que adquieren los alumnos de Paola Minigozi tienen impacto en sus vidas cotidianas. "Ellos saben que son capaces de producir su propio alimento. Tenemos una ventaja y es que en Misiones los terrenos suelen ser grandes y las familias tienen la posibilidad de tener su propia huerta. En principio no representa una entrada de dinero, pero si se evita salir a comprar. Se llama huerta de autoconsumo. Si te sobra, podés venderle a tu vecino. Así también ven que, el día de mañana, pueden tener una entrada de dinero a través de la huerta y es algo que aprendieron durante su paso por la escuela primaria y secundaria".

Maestros que Suman - Modalidad especial

Gracias a los distintos proyectos planteados por Minigozi, conocen cuáles son los cultivos de invierno, de verano, saben que hay rotaciones de cultivo y tienen conocimiento sobre la poda. "Todos los años aprenden cosas nuevas, hasta que al final conocen todo el cliclo de la planta: tiene raíz, florece, se reproduce, produce frutos... Hay un proceso de enseñanza y aprendizaje que dura años", explica.

Agrega que todo lo cultivado en la huerta se vende dentro de la escuela y que cuatro veces al año, se realizan jornadas de ventas de plantines. Con las ganancias compramos insumos para la escuela: azúcar, plasticola, hojas. "Los estudiantes ven que su trabajo se traduce en algo tangible, tiene un valor".

¿Cómo incorporar estas estrategias?

En Misiones existe la Ley de Huertas. Cada escuela puede tener un proyecto que incluya una. Los docentes pueden dedicarle horas. Minigozi cuenta que, aparte de los proyectos, ella destina 20 horas a trabajar con la huerta. "Es importante que trabajemos en conjunto, tengamos criterios comunes. Voy a prestar la planificación de este año a mis compañeros, para que podamos seguir trabajando en los conceptos de soberanía alimentaria y el cuidado del medioambiente. Además, hay que desarrollar herramientas que les permitan a los chicos defenderse e incluirse dentro de la sociedad y tengan un proyecto de vida".

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Producción: Lucía Jauzat.

Fotos tomadas del Facebook de la docente.

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