La Acrópolis de Atenas, conocida como "la roca sagrada", es considerada la más representativa de las acrópolis griegas. La palabra "acrópolis" proviene de dos palabras griegas: akros y polis. La traducción al español señama que es la parte más alta de la ciudad. En las antiguas polis griegas, las acrópolis cumplían una doble función: defensiva y como sede de los principales lugares de culto. Los primitivos pobladores emplazaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno para una mejor defensa.
Conocé la historia de la Acrópolis de Grecia
Esta construcción está localizada en el suroeste de la región del Ática, a 156 metros sobre el nivel del mar. Esta elevación natural, con sus defensas naturales, pronto se convirtió en un lugar sagrado visible desde toda la ciudad. Inicialmente, la Acrópolis recibió el nombre de Cecropia, en honor al rey Cécrope, considerado el primer gobernante del Ática. En época micénica, esta parte de la ciudad ya era bastante próspera. Tenía construcciones similares a otros recintos amurallados. Los atenienses llamaron a esta primera fortificación el "muro pelásgico".

Durante la segunda mitad del siglo VI antes de Cristo (a. C), se produjo un auge en la construcción. Sin embargo, en el año 480 a. C., los persas saquearon y destruyeron los edificios existentes. Tras el triunfo ateniense en las guerras médicas, bajo el liderazgo de Pericles, entre 458 y 429 a. C., se abordó la reconstrucción de la ciudad, iniciando su Edad de Oro en el siglo V a. C.
Se accedía a la Acrópolis a través de los Propileos, una entrada monumental construida por el arquitecto Mnesicles cerca del 437 a. C. Dentro, se encontraba:
- El templo de Atenea Niké,
- Un pequeño templo jónico levantado alrededor del 421 a. C.;
- El Partenón, el mayor templo de su época, construido entre el 447 y el 432 a. C. en honor a la diosa Atenea Pártenos.
- El Erecteión, construido después de la muerte de Pericles.
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Las construcciones sufrieron diversas modificaciones y daños, con el pasar del tiempo. Durante la dominación otomana, el Partenón se convirtió en mezquita, el Erecteión en harén y los Propileos en polvorín. En 1687, los bombardeos venecianos causaron grandes destrozos, incluyendo la explosión parcial del Partenón. En el siglo XIX, lord Elgin trasladó numerosas esculturas del Partenón a Gran Bretaña, que actualmente se encuentran en el Museo Británico. Grecia continúa luchando para que las devuelvan a su país de origen, obteniendo la negativa de los ingleses.
Tras la independencia de Grecia en 1834, se iniciaron las primeras excavaciones y posteriormente trabajos de restauración. La Acrópolis de Atenas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Hoy en día, se realizan continuos esfuerzos de restauración, y muchas de las obras de arte originales se conservan en el Nuevo Museo de la Acrópolis.

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