Liechtenstein es un pequeño principado europeo que se encuentra en la zona central del continente, limitando al este con Austria y al oeste con Suiza. Su superficie es de apenas 160,5 km², lo que lo convierte en el sexto país más pequeño del planeta. A pesar de su tamaño, tiene una historia extensa y particular.
Fue fundado en 1719, cuando el Sacro Imperio Romano Germánico reconoció al condado de Vaduz y al señorío de Schellenberg como un único territorio. Desde entonces, este diminuto país ha mantenido su independencia política y hoy funciona como una monarquía constitucional, gobernada por el príncipe Hans-Adam II y su familia.
Liechtenstein: un país pequeño con grandes curiosidades

Aunque su tamaño sea reducido, Liechtenstein tiene muchas características que lo vuelven único en Europa:
- Superficie: 160,5 km², similar a la de una ciudad mediana.
- Población: alrededor de 39.000 habitantes.
- Idioma oficial: alemán.
- Capital: Vaduz, famosa por su castillo y su museo de arte.
- Economía: es uno de los países con mayor ingreso per cápita del mundo, con fuerte presencia en la industria y las finanzas.
Su geografía está marcada por los Alpes, lo que lo convierte en un destino ideal para quienes disfrutan del senderismo, el esquí y el turismo de montaña. Además, no posee aeropuerto propio: los visitantes suelen llegar desde Zúrich (Suiza) o Innsbruck (Austria).
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Ciudades y atractivos principales de Liechtenstein
La capital, Vaduz, concentra gran parte de la vida política y cultural del país. Allí se encuentra el Castillo de Vaduz, residencia oficial de la familia principesca, además de museos que exhiben arte moderno y piezas históricas.
Otra ciudad importante es Schaan, la más poblada del principado, que destaca por su desarrollo industrial y su vida cultural. En conjunto, estos pequeños núcleos urbanos le dan identidad a un país que combina tradición alpina, modernidad y un estilo de vida tranquilo.
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Viajar a Liechtenstein: una experiencia única

Visitar Liechtenstein es una experiencia singular. Al ser parte del Espacio Schengen, se puede ingresar con facilidad desde sus países vecinos. Sus rutas panorámicas, pueblos pintorescos y montañas hacen del principado un lugar que sorprende por su belleza natural y por la calidez de su gente.
En definitiva, Liechtenstein es un país diminuto, pero con una gran historia y un notable peso cultural y económico en Europa. Un ejemplo de cómo los territorios pequeños también pueden dejar una huella enorme en el mapa mundial.