La orden ejecutiva, también llamada orden presidencial, es una herramienta clave para cualquier presidente que quiera dejar su huella en la política gubernamental de un país.
¿Qué es una orden ejecutiva?
Una orden ejecutiva es una directiva escrita y emitida por el presidente al gobierno federal que no requiere la aprobación del Congreso. Esto significa que, una vez firmada, le permite al presidente de un país formular políticas fuera del proceso habitual del Congreso.

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La autoridad para emitir las órdenes tiene su origen en el artículo II de la Constitución de EE.UU., que establece: "El poder ejecutivo recaerá en un presidente de los Estados Unidos de América". Una vez emitidas, el o la mandataria tiene la autoridad de hacer que se cumplan.
Además de su valor ejecutivo y legal, este tipo de órdenes poseen también un simbolismo de índole moral, ya que le permiten al presidente asentar claramente los rasgos ideológicos que caracterizarán a su gobierno durante los 4 años siguientes.
¿Puede revertirse?
A diferencia de las leyes federales aprobadas por el Congreso, una orden ejecutiva sí puede revertirse. La forma de revertirlas es que el mandato del presidente que las ejecutó finalice y la administración que le sigue decida revocarlas.

Por ejemplo, el ex-presidente Biden, durante sus primeros 100 días en el cargo en 2021, revocó más de 60 órdenes ejecutivas firmadas por Trump, sobre todo aquellas vinculadas a políticas climáticas o a la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París.
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Además, una orden ejecutiva puede intentar revertirse incluso antes de que finalice el gobierno del mandatario que la promulgó, ya que existen límites a lo que el presidente puede hacer con este tipo de poder. El principal límite es el Congreso, que puede aprobar leyes en su contra, retener los fondos y recursos necesarios para implementar la política, o solicitar a la justicia que la orden ejecutiva sea impugnada.