El 11 de marzo de 2011 un terremoto de magnitud 9.1 sacudió el noreste de Japón y provocó un tsunami devastador. Las olas superaron los 20 metros de altura en algunas zonas y arrasaron pueblos enteros.
A partir de esa tragedia, el gobierno japonés decidió invertir miles de millones de dólares en una obra monumental: un extenso muro de contención frente al mar.
La barrera, construida en distintos tramos a lo largo de la costa de Tōhoku, fue diseñada para actuar como primera línea de defensa ante futuros tsunamis. Pero la decisión no estuvo exenta de críticas, ya que muchas personas sostuvieron que el muro perjudicaría la pesca local y el ecosistema marino, entre otras cuestiones.
¿Qué tamaño tiene el muro de contención?

La construcción comenzó pocos años después del desastre de 2011 y se extendió por casi una década. El muro, hecho de concreto armado:
- Mide entre 12 y 14 metros de alto, según la zona.
- Recorre unos 400 kilómetros a lo largo de las zonas costeras más expuestas en el noreste de Japón.
- Tuvo un costo de más de 12.000 millones de dólares.

Según un informe de la BBC Mundo, el objetivo fue proteger más de 100 comunidades de futuras catástrofes. En muchos pueblos, la estructura quedó instalada entre las casas y el mar, generando una transformación total del paisaje. Algunos vecinos la ven como una barrera salvadora; otros, como una muralla que los separa de su vínculo ancestral con el océano.
¿Por qué Japón sufre tantos terremotos y tsunamis?
La razón por la cual Japón es uno de los países con más actividad sísmica del mundo tiene que ver con su ubicación geográfica. El archipiélago japonés se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una extensa zona que rodea el océano Pacífico y concentra el 75% de los volcanes activos del planeta.

Este cinturón marca el límite entre varias placas tectónicas —como la del Pacífico, la Filipina y la Euroasiática— que están en constante movimiento. Cuando estas placas se rozan, se hunden debajo de otra o chocan entre sí, generan una inmensa cantidad de energía que se libera en forma de terremotos o tsunamis.
Por eso, en Japón los sismos son frecuentes y, en ocasiones, pueden derivar en grandes olas que impactan las costas. Esa es la explicación geológica que motivó la construcción del enorme muro de contención.

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