En 1940, Juan Craichik, Jefe de Visitadores Médicos de la empresa Taranto, esperaba ser atendido en un hospital de Santa Fe. Mientras aguardaba su turno, notó que las enfermeras paraban permanentemente de hacer su trabajo para pedir que bajen la voz porque el ruido no les permitía concentrarse. Fue en ese momento que el hombre imaginó una idea brillante: colocar una foto de una enfermera pidiendo silencio en todas las guardias del país.

Al salir del lugar, habló con los dueños de la fábrica para la que trabajaba y su propuesta fue aceptada con éxito. La marca convocó a varias modelos, pero la elegida fue Mercedes Wabney, una argentina. La foto se presentó por primera vez en la tapa de la revista Paralelo 38 junto al título "El rostro que habla" y un pequeño recuadro donde se lo entrevistó a quien la inventó.

En aquella publicación, el Visitador Médico aseguró: "La sala estaba atestada, y cada tanto una enfermera pedía, sin éxito, silencio. Entonces se me ocurrió crear una imagen elocuente que cumpliera la misma función".

Además, explicó que la empresa no vendió la imágen sino que se la donó a distintos hospitales de Argentina. Años más tarde, como la modelo que protagonizó la campaña trabajaba con marcas internacionales, la foto de la enfermera pidiendo silencio comenzó a utilizarse también en otras partes del mundo.