Originarias de la sabana africana, las cebras son probablemente uno de los animales que logramos identificar con mayor facilidad. Su característico pelaje bicolor las vuelven inconfundibles ante el ojo humano, pero su particular fisonomía puede prestarse a confusión: ¿es un caballo? ¿un pony?

La respuesta es no, no son caballos pero sí pertenecen a la familia Equus. Ambos son miembros ese grupo junto con los asnos.

Existen tres especies de este mamífero esbelto: Equus quagga (cebra común), Equus zebra (cebra de montaña), y Equus grevyi (cebra de Grevyi). Ninguna de ellas puede cruzarse entre sí dado que poseen distinto número de cromosomas.

1. ¿Las cebas son negras con rayas blancas o blancas con rayas negras?

Las cebras son negras con rayas blancas. Si, por ejemplo, a una cebra se le quitara todo el pelo, se podría observar que en realidad son completamente negras y aumentaría su parecido con un pequeño caballo.

Esto se debe a que los embriones están recubiertos por una melanina que van perdiendo conforme avanza el proceso de gestación.

No obstante, la ciencia aún no ha podido dar respuestas a el por qué de su pelaje blanco y negro. Algunas de las hipótesis sostienen que la función de las rayas tiene que ver con el camuflaje de los depredadores, otra asegura que sirven para que termoregulen su temperatura corporal. Asimismo, también hay quienes creen que las tienen para poder reconocerse entre ellas.

2. Patrón de rayas único e irrepetible

Otra curiosidad de las rayas de las cebras es que son únicas e irrepetibles. No hay dos cebras que tengan las mismas rayas dispuestas de la misma forma, por más que así parezca.

Alan Touring, matemático inglés, explicó que estas líneas se parecen a las huellas dactilares humanas, ya que no existen repeticiones.

3. Las cebras tienen una piel muy resistente

Las garrapatas, moscas, y gusanos nematodos y cestodos aman posarse sobre el lomo de estos animales, pero dado que su piel es tan resistente, esto no les genera malestar. A su vez, muchas aves suelen ayudarlas durante el proceso de desparasitación.

Además, este cuero tan grueso les facilita soportar sin problemas las altas temperaturas del territorio africano.

4. Sus dientes son muy fuertes

Además de su piel, los dientes de las cebras también son muy resistentes. Esto tiene que ver con la necesidad de poder triturar y masticar vegetación dura, por lo que debieron desarrollar una dentadura que sea capaz de descomponer hierbas y arbustos.

Los dientes incisivos son los más fuertes ya que además de alimentarse, les permiten defenderse de los depredadores en caso de ser atacadas.

5. Un año, una cría

En cuanto a la reproducción de estos animales, las yeguas pueden dar a luz a un potro cada doce meses. Eso dura el proceso de gestación. Una vez que la cría nació, las madres suelen cuidarlas durante aproximadamente un año.

En el caso de las hembras, estas alcanzan la madurez sexual a los tres años, mientras que los machos pueden criar un potro recién a los cinco o seis años.

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