Es habitual ver al árbol de Navidad en casas pero también en shoppings, hoteles, calles y cafeterías. Con el tiempo, esta decoración ornamentada se convirtió en símbolo de alegría, esperanza, prosperidad y buenos deseos.
Todos tenemos la imagen clásica del árbol en nuestra mente, que incluye:
- Un pino verde cuyo diámetro se va achicando a medida que llega a su cúpula.
- Decenas de ornamentos plateados, rojos y dorados colgados de ramas.
- Una estrella en la cima.
- Regalos envueltos por debajo.
Para muchos, esa imagen basta y sobra. Otros deciden ir un poco más allá.
1. Árbol de Navidad en degradé
Todo un trabajo previo: la compra de las decoraciones, la categorización según el color, la distribución perfecta a lo largo y ancho del árbol, el balance de matices y tamaños... Un diez.
2. En Legos
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La decoración del árbol de Navidad abre las puertas al juego. Qué mejor que disfrutarlo con Legos.
3. Un árbol de Navidad suculento
4. Al infinito y más allá
5. Abrigado: un árbol de Navidad en crochet
Saquitos y gorros son apenas dos cosas que la simpática aguja de crochet puede hacer.
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6. Lo esencial es invisible a los ojos
A Antoine de Saint-Exupéry le gusta esto.
7. Entre dimensiones
Una buena opción para personas creativas y con una pasión por las manualidades. También para aquellos árboles que hayan sido cortados por la mitad a raíz de algún accidente.
8. Intelectual
Un trabajo impresionante. La pregunta es qué hará el dueño cuando quiera recordar lo que decía la payada de la vuelta de Martín Fierro en la página 107.