Entre batallas por la independencia y decisiones políticas clave, también hubo lugar para el amor. Y aunque muchas veces queda en un segundo plano, la historia entre Manuel Belgrano y María Josefa Ezcurra revela una faceta íntima y poco conocida de dos figuras claves de nuestro pasado. Un vínculo marcado por la pasión, el secreto y las dificultades de su época.
Tres datos sobre la pareja:
- Pedro Pablo Rosas y Belgrano nació en 1813 y fue adoptado por su tío político, Juan Manuel de Rosas.
- María Josefa Ezcurra participó activamente en la política del siglo XIX, a través del círculo rosista.
- Manuel Belgrano falleció en 1820 sin haber podido reconocer públicamente a su hijo.
Quiénes fueron Belgrano y Ezcurra
Manuel Belgrano fue mucho más que el creador de la bandera. Nacido en 1770, fue un abogado ilustrado, un político con ideas avanzadas y un militar que luchó por la independencia de América del Sur. Participó en las Invasiones Inglesas, en el proceso revolucionario de 1810 y lideró campañas militares decisivas en el norte del país.
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Por su parte, María Josefa Ezcurra nació en 1785 y formó parte de una familia influyente: era hermana de Encarnación Ezcurra, esposa de Juan Manuel de Rosas. A diferencia de muchas mujeres de su tiempo, tuvo un rol activo en la vida política: fue operadora política, gestora de vínculos estratégicos y colaboradora clave del círculo rosista. También fue una mujer decidida, con una vida marcada por el coraje y la discreción.
El vínculo secreto entre Belgrano y Ezcurra
La relación entre Belgrano y Ezcurra fue discreta, pero no por eso menos importante. Se conocieron en los años turbulentos de la Revolución y, aunque no hay documentos que detallen la profundidad de su vínculo, los historiadores coinciden en que compartieron un lazo sentimental.
De esta relación nació un hijo, Pedro Pablo Rosas y Belgrano, quien fue entregado en adopción a Juan Manuel de Rosas y criado por él y Encarnación como propio. Recién muchos años después se supo la verdad sobre su origen biológico. El niño heredó el apellido Rosas y más tarde también usó el Belgrano, como forma de reivindicar su historia.
Belgrano y Ezcurra: una historia de amor en tiempos de revolución
El vínculo entre Belgrano y Ezcurra fue un reflejo de su época. Vivieron en un contexto marcado por guerras, cambios sociales profundos y mandatos morales muy estrictos. Por eso, muchas relaciones —como la suya— quedaron fuera de los libros por mucho tiempo.
Pero con el correr de los años, y gracias a la labor de historiadores como Felipe Pigna, estos relatos comenzaron a recuperar su lugar. Porque la historia también está hecha de sentimientos, de decisiones íntimas que se entrelazan con los grandes eventos colectivos.
