En las inmediaciones de la ciudad de Jelgava, Letonia, existe un enorme palacio del siglo XVIII que no muchas personas conocen. Sin embargo, es una construcción histórica, repleta de curiosidades, que resistió al paso del tiempo.
El edificio, conocido como Palacio de Jelgava o también por su nombre antiguo, Palacio de Mitau, está en pie desde 1738 y resistió a todo. En más de una ocasión sufrió un incendio y casi desaparece del mapa en la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, además de ser un punto histórico y turístico, alberga instalaciones académicas universitarias. Pero, para saber cómo se convirtió en una casa de estudios, primero hay que conocer, a continuación, los inicios de su historia.
¿Quién decidió la construcción del Palacio de Jelgava y por qué demoró tantos años su inauguración?

Hace 287 años, el duque Ernst Johann von Biron contrató al prestigioso arquitecto francés Bartolomeo Rastrelli con el objetivo que diseñe y lidere la construcción de una residencia, dentro de una isla, entre el río Lielupe y sus afluentes, para los duques de Curlandia: un ducado que existió entre los siglos XVI y XX.
De todas formas, nada salió según los planes. Debido a una serie de problemáticas, Biron tuvo que exiliarse en 1740 y automáticamente las obras del palacio se detuvieron. Quedaron en pie únicamente las paredes, ya que el techo todavía no estaba listo.
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Dos décadas después, tras el regreso de Ernst Johann von Biron a las actuales tierras de Letonia en 1762, la construcción se retomó. Pero, una vez más, nada fue rápido. El protagonista de esta historia recién se pudo mudar diez años después, en 1772, cuando el palacio se inauguró a medias, sin decoraciones internas.
Lamentablemente, Ernst Johann von Biron no pudo disfrutar las instalaciones por mucho tiempo, ya que falleció seis meses después de concretar su mudanza. Y, aunque el palacio continuó en manos de los duques de Curlandia, rápidamente entró en decadencia.
¿Qué destrozos sufrió el Palacio de Jelgava durante los últimos siglos?

El primer gran incendio del Palacio de Jelgava ocurrió 16 años después de su inauguración y no fue el único de su historia. A pesar de los destrozos, el sitio continuó habitable.
En 1795, el Imperio ruso absorbió Curlandia y, con esta acción, tomó el control del edificio. Acto seguido, la residencia se convirtió en un refugio de la realeza francesa: Luis XVIII de Francia y su familia convivieron en su interior entre 1798 y 1807.
Luego de este episodio, regresó a las manos del restaurado Ducado de Curlandia y Semigalia. Pero las llamas lo volvieron a invadir. Un segundo incendio avanzó sobre gran parte del edificio en 1815.
Finalizada la reconstrucción, diversos duques vivieron en este sitio durante los siguientes 100 años. Ya en el siglo XX, Curlandia perdió la totalidad del recinto que, al finalizar la Primera Guerra Mundial, experimentó la destrucción de su decoración, saqueos masivos y el tercer incendio de su historia.
De una destrucción masiva a su transformación a casa de estudios

A partir de la década de 1920, todo mejoró alrededor del Palacio de Jelgava, que quedó en manos de la recién declarada República de Letonia. En este periodo, se avanzó con grandes obras de restauración, reconstrucción y hasta expansión.
De esta manera, el palacio de estilo barroco más grande de los países bálticos de tres edificios sumó un cuarto, que cerró el perímetro en 1937 y facilitó la instalación en el lugar, dos años después, de la Academia de Agricultura de Jelgava.
Por desgracia, todo el trabajo se echó a perder años después, durante la Segunda Guerra Mundial. Saqueos, bombardeos e incendios volvieron a perjudicar a la estructura del palacio, que prácticamente se destruyó en su totalidad.
Una vez que finalizó el conflicto bélico, se impulsó un nuevo trabajo de reconstrucción y restauración, que se realizó entre 1956 y 1964. Gracias a estos esfuerzos, la Academia Letona de Agricultura, que en la actualidad lleva el nombre de Universidad Letona de Ciencias de la Vida y Tecnologías, pudo regresar a las instalaciones.
Así, quienes visiten el Palacio de Jelgava en la actualidad, no solo podrán conocer cómo la estructura resistió a todo lo narrado, sino también descubrir que, en 2025, alberga la administración universitaria y tres facultades de la casa de estudios mencionada.
