Cada vez que se elige un nuevo papa, hay un momento exacto en el que el mundo entero confirma la noticia: es cuando un cardenal sale al balcón central de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y pronuncia la frase habemus papam.
Este anuncio, breve y en latín, señala el inicio oficial del nuevo pontificado y tiene una tradición que se remonta al siglo XV. La expresión completa es: Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam, que en español significa: “Les anuncio una gran alegría: tenemos Papa”.

El cardenal que la pronuncia es el protodiácono, es decir, el cardenal diácono más antiguo del Colegio Cardenalicio. Desde allí, también se presenta el nombre que eligió el nuevo sumo pontífice y el nombre que tendrá como papa.
Nuevo papa: el origen de habemus papam
Aunque se trata de una fórmula oficial, la frase habemus papam no siempre se utilizó en la historia del Vaticano. Fue incorporada a partir del siglo XV como parte de la tradición litúrgica del cónclave, cuando se decidió hacer más solemne y pública la proclamación del nuevo papa.
Desde entonces, esta frase se volvió un símbolo del anuncio pontificio. Como sabemos, el momento en que se pronuncia suele transmitirse en vivo por medios de comunicación de todo el mundo y es seguido por miles de fieles en la Plaza de San Pedro.
Cuándo y cómo se dice habemus papam

El anuncio ocurre poco después de la fumata blanca, que indica que el cónclave ha llegado a un consenso. Mientras los fieles esperan en la plaza, se abren las cortinas del balcón central de la basílica y se pronuncia el mensaje. El texto que se dice incluye varios pasos:
- Una frase de apertura en latín: Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam.
- El nombre del cardenal elegido: Eminentissimum ac reverendissimum Dominum seguido de su nombre.
- La orden a la que pertenece y su nacionalidad.
- El nombre papal elegido: qui sibi nomen imposuit seguido del nombre (por ejemplo, “Franciscus”).
Este momento marca el inicio del ministerio público del nuevo papa y suele ser acompañado por una bendición especial conocida como Urbi et Orbi (“a la ciudad y al mundo”).