Luego del exitoso estreno del trasatlántico Infanta Isabel en 1912, que rápidamente se posicionó como el mayor barco mercante de España, se decidió construir un navío gemelo: el Príncipe de Asturias, que completó su viaje inaugural el 16 de agosto de 1914.
Además de su tamaño y su potencia, este barco era famoso por sus lujos. Allí, los pasajeros podían disfrutar de las mayores comodidades disponibles en la época, durante su travesía por el Océano Atlántico.
Y, si bien se diseñó con el objetivo de que navegara el planeta durante largas décadas, el Príncipe de Asturias estuvo menos de dos años en servicio, como consecuencia de su naufragio, en las costas de Brasil, que ocurrió el 5 de marzo de 1916.
El accidente tuvo como consecuencia la pérdida de más de 400 vidas y de toda la carga de la embarcación que, entre otras cosas, trasladaba las piezas originales de un monumento muy famoso, aún presente en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.
¿Por qué el Príncipe de Asturias fue uno de los barcos más lujosos al comienzo del siglo XX?

El Príncipe de Asturias, que fue el último barco español que se diseñó en Reino Unido, era un medio de transporte de lujo para quienes deseaban cruzar el Océano Atlántico.
Si bien se desconoce qué valor tenían los pasajes para subir a este navío, con el paso del tiempo se informó que tenía lujos como:
- Una biblioteca estilo Luis XVI con estanterías de madera de caoba y asientos remachados en cuero.
- Una cúpula rematada por cristales de colores.
- Un comedor decorado con paneles de roble japonés y marcos de nogal.
- Un gran salón de música, conectado con el resto del barco mediante una enorme escalera.
- Las alfombras persas, que se utilizaron como pista de baile.
- Un piano que se fabricó especialmente para estar en el barco.
Además, también contaba con los mayores avances disponibles en materia de seguridad. Pero, como consecuencia de una serie de inconvenientes, no evitaron la tragedia.
¿Cómo se hundió el Príncipe de Asturias en 1916, frente a las costas de Brasil?
El último viaje del Príncipe de Asturias comenzó en la ciudad española de Barcelona, el 17 de febrero de 1916. ¿Los planes? Cruzar el Atlántico rumbo a Buenos Aires, Argentina.
Tras una serie de escalas por numerosas urbanizaciones del sur de España, el navío se adentró en el océano, bajo el control del capitán José Lotina Abrisqueta, que tenía 15 años de experiencia dentro de la compañía dueña del barco.
En la madrugada del 5 de marzo de 1916, en medio de una tormenta, fuertes ráfagas de viento y una intensa niebla, el Príncipe de Asturias chocó con un arrecife, a una breve distancia del norte de la península de Búzios, en Brasil, y se hundió en tan solo 6 minutos, con 600 personas a bordo.
¿A qué estrategias de supervivencia recurrieron los pasajeros y los tripulantes de este barco?

Luego del impacto fatal, el agua del océano se filtró a toda velocidad y, al entrar en contacto con las calderas, generó una explosión masiva de las mismas. Acto seguido, ante la falta de electricidad, nadie pudo enviar una señal de socorro. Por lo tanto, el barco se hundió en un instante y nadie se enteró.
Ante la necesidad de sobrevivir, las personas que cayeron al agua con vida, optaron por nadar hasta la costa más cercana. Al mismo tiempo, pocos lograron subir a uno de los botes salvavidas.
Finalmente, otro pequeño grupo de personas lograron ser rescatadas horas después, por tripulantes del carguero francés Vega, que fue el primero en registrar y alertar sobre el naufragio.
En total, el accidente del Príncipe Asturias dejó un saldo de 457 fallecidos. Solo 143 lograron permanecer con vida tras el hundimiento.
¿Qué monumento de Buenos Aires se perdió en las profundidades como consecuencia del naufragio del Príncipe de Asturias?
Como era de esperar, luego del impacto contra el arrecife, el Príncipe de Asturias perdió todo su cargamento. Se estima que en su interior había 40.000 libras esterlinas en oro, 3.364 sacas de correo y hasta un automóvil.
Pero, sin lugar a dudas, la carga más relevante eran las piezas originales del Monumento de los Españoles: una obra de arte monumental que España obsequió a Argentina, en el contexto de los 100 años de la Independencia.
Pero… ¿Entonces qué monumento se conserva en la intersección de las Avenidas Sarmiento y Del Libertador de la Ciudad de Buenos Aires? En simples palabras, una réplica, que se inauguró recién en 1927.
Curiosamente, durante 1991, 75 años después del naufragio del Príncipe de Asturias, se rescataron las piezas originales de esta escultura. Desde entonces, se exponen en Río de Janeiro, Brasil.

