La tinaja Kvevri es un enorme recipiente de barro cocido con forma ovoide que, desde hace más de 8.000 años, se utiliza en Georgia para la elaboración de vino. Su historia está tan ligada a la tradición local que, en 2013, la UNESCO declaró el método de vinificación en Kvevri como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
A diferencia de otras vasijas, estas tinajas no se colocan sobre la superficie, sino enterradas bajo tierra. Esto permite que el vino fermente y madure de manera natural gracias a la temperatura constante del suelo. Su fabricación es un arte en sí mismo: cada Kvevri se moldea a mano, puede alcanzar hasta 3 metros de altura y necesita meses de secado antes de ser utilizada.
La tinaja Kvevri y el secreto del vino más antiguo
El uso principal de la tinaja Kvevri siempre fue la producción de vino, un elemento central en la cultura georgiana. De hecho, este país del Cáucaso, según la opinión de muchos especialistas, la cuna del vino, con evidencias arqueológicas que datan de alrededor del 6.000 a. C.
El proceso es único: las uvas, junto con sus pieles y semillas, se depositan en la vasija enterrada, donde comienza la fermentación natural. Tras varios meses, el resultado es un vino de sabor intenso y de tonalidad ámbar, valioso a nivel internacional.
Hoy en día, además de Georgia, algunas bodegas en Italia, España y Estados Unidos comenzaron a experimentar con el uso de estas tinajas, revalorizando una técnica ancestral que parecía destinada al olvido.
Curiosidades sobre la tinaja Kvevri
Más allá de su uso enológico, la tinaja Kvevri despierta fascinación por varias razones:
- Antigüedad: se cree que las primeras Kvevri se usaron hace unos 8.000 años, lo que las convierte en uno de los recipientes más antiguos de la humanidad.
- Tamaño imponente: algunas alcanzan los 3.000 litros de capacidad, aunque existen versiones más pequeñas para uso doméstico.
- Patrimonio vivo: la tradición de fabricarlas y utilizarlas se transmite de generación en generación en regiones como Kakheti, en Georgia oriental.
Un símbolo cultural que trasciende fronteras
La tinaja Kvevri no solo es un recipiente: es un emblema de identidad y orgullo nacional. Representa la unión entre la tierra, el vino y la comunidad que lo produce. Por eso, al probar un vino elaborado en una Kvevri, no solo se disfruta de una bebida milenaria, sino también de una tradición que sigue viva y que conecta al presente con los orígenes de la civilización.
