Te compartimos una decena de salas porteñas que supieron ser grandes centros culturales de la ciudad durante el siglo XX pero actualmente ya no existen.
Los años pasan, la tecnología avanza y el habito de ir al cine para algunos ya resulta algo muy lejano. El usuario de Twitter @bsasperdida compartió una lista de diez cines que formaban parte del folklore porteño pero el ritmo de la ciudad se los fue comiendo y actualmente ya no están.
Diseñado por el arquitecto Julián Jaime García Núñez, el mismo que estuvo a cargo del edificio del Hospital Español, esta sala de estilo modernista catalán se inauguró en 1910 en la calle Belgrano 3272 entre el límite entre Balvanera. Lo demolieron en la década de 1950, actualmente en el lugar hay un garage.
El arquitecto de esta sala fue el italiano Juan Bautista Arnaldi, quien lo inauguró el 24 de diciembre de 1903 en la Av. Rivadavia 2330. Contaba con 300 plateas y 36 palcos. En 1967 se demolió para construir una torre de departamentos.
Ubicado en Av. Rivadavia 3753, el arquitecto de este cine fue Mario Palanti, quien también estuvo a cargo del Palacio Barolo. Se inauguró en 1914, y dado su gran éxito, el empresario Clemente Lococo decidió construir una nueva sala con el nombre en el mismo lugar. Actualmente hay una iglesia evangelista.
Este cine se construyó entre 1943/1944, gracias al arquitecto Claudio J. Caveri. Tenía capacidad para 1300 localidades que se dividían 210 en super pullman, 420 en pullman y 630 en platea. Ubicado en Lavalle 669, Luxor cerró sus puertas el 18 de agosto de 1991 y tiempo después fue demolido.
Se encontraba en la calle Boedo 1063, y su nombre era en referencia a su dueño, Nilo Gigliotti. Se inauguró el 8 de marzo de 1929 y fue demolido en 1995.
Inaugurado el 16 de mayo de 1928, fue un diseño de Claudio Caveri que se encontraba en Lavalle 925. En la década de 1980 cambió su nombre a Concorde. La fachada original del edificio se perdió por completo.
Ubicado en el corazón de la comuna 15, en Triunvirato 835 (actual Av. Corrientes 5535). La imagen corresponde a la década del 1930.
Se inauguró el 18 de febrero de 1927, en el barrio de Liniers. Los panfletos publicitarios de la época detallaban cómo era el lugar: "50 ventiladores, 5 extractores, 4 patios de ventilación y 2 claraboyas corredizas harán las delicias del público". Además, "una selecta orquesta y un sistema moderno de espectáculos".
Si bien en 1911 comenzó estando a cargo del empresario Bartolomé Devoto, hermano de Antonio, en 1913 pasó a manos de Max Gluskmann. Ubicado en Libertad 976, se estima que su demolición fue alrededor de la década de 1960.
Esta sala ubicada en Monroe 5254, fue la segunda más grande de la ciudad con una capacidad total de 2108 butacas y una boca de escena de 16 metros de ancho. Se inauguró a comienzos de la década del 1950 y cerró sus puertas dos décadas después.
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