Analía Obarrio fue la primera tenista número uno de nuestro país. Ocurrió en 1929, momento en el que la Asociación Argentina de Lawn Tennis inauguró el ranking nacional.
Obarrio ganó en seis oportunidades el Campeonato del Río de La Plata (1920, 1925, 1927, 1929, 1930 y 1931) y llegó a las tapas de los medios gráficos más importantes de la época. En aquel entonces, la presentaban como "la excepcional tenista argentina que más que jugar al tenis, danza".
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En su época, el tenis era el único deporte "bien visto" para las mujeres. Según explica DeporTV, ella "encarnaba la etiqueta exigida" porque cumplía con el estereotipo pedido: siempre competía vestida de blanco con una pollera por debajo de las rodillas.
En un contexto donde las mujeres en el deporte solo eran vistas como espectadoras, Analía Obarrio le abrió la puerta a muchas otras que, como ella, querían ser protagonistas.