Durante el siglo XX, el arte argentino fue foco de miradas e inspiración. A continuación te contamos sobre estos cinco artistas que enriquecieron nuestra cultura.
El arte argentino siempre ha logrado distinguirse por lograr alcanzar ese equilibrio entre las influencias internacionales y la impronta nacional, lo que da como resultado una fusión tan original como atractiva.
En lo que respecta a la pintura, el siglo pasado fue un momento clave a nivel nacional ya que decenas de artistas se destacaron por evocar una mirada personal y ofrecerla en su arte. A continuación te presentamos 5 de los más influyentes.
Benito Juan Martín nació en La Boca en 1890. El día exacto de su nacimiento se desconoce, debido a que sus padres lo abandonaron en el orfanato Casa de los Niños Expósitos. A los siete años fue adoptado por la familia Chinchella, quienes lo introdujeron en el mundo del carbón.
Considerado el creador de dicho barrio porteño, su arte se especializó en retratar el fulgor colorido de la vida diaria en la ciudad. El puerto convulsionado, el constante y venir de los transeúntes, la llegada de los inmigrantes, el ritmo incansable de una ciudad que no se detiene. Los sueños y el progreso.
Su obra se divide en cuatro series: Días luminosos, Días grises, serie del Fuego y Cementerios de Barcos. Su técnica se basaba en el uso de la espátula y de colores brillantes, los cuales no predominaban en la época ya que eran mal vistos por la crítica.
En cuanto a las fuentes de su inspiración, el mismo Quinquela Martín declaró en algún momento que para una obra muy grande podía llegar a tardar una jornada de trabajo, "después de haberla macerado en su alma durante varios meses”.
“En todos nuestros juegos era ella siempre el caudillo, yo el rezagado, el tímido, el sumiso. Ella subía a la azotea, trepaba a los árboles y a los cerros. Yo la seguía con menos entusiasmo que miedo”, dijo en una ocasión su hermano, el escritor Jorge Luis Borges.
"Norah Borges", seudónimo de Leonor Fanny Borges, primero se formó en Suiza, donde se encontraba acompañando a su padre por un tratamiento médico. Luego se instaló en España, y allí pudo empaparse de la vanguardia ultraísta, un movimiento artístico-literario que promovía la renovación de preceptos culturales instalados en la sociedad.
Su obra se caracterizaba por la combinación de colores pasteles, principalmente el rosa, celeste, amarillo, verde limón y ocre. Las figuras que más se repiten son mujeres jóvenes de rostros serios, con una actitud introspectiva, en escenarios no definidos.
“En mis cuadros, he pintado jovencitos silenciosos que viven esperando el amor. Y el amor no les llega en mis cuadros, pero ellos lo están esperando. Eso pinto”, dijo Norah acerca de sus pinturas.
Emilio Pettoruti nació en La Plata y era el mayor de doce hermanos. Su legado se caracteriza principalmente por el estilo cubista, el cual en su momento no era recibido de la mejor forma en el país. Tanto es así, que cuando se exponían este tipo de pinturas se solía colocar un vidrio sobre ellas debido a la cantidad de escupitajos que recibían por día.
En Europa, en cambio, sí apreciaban sus obras dado que el cubismo ya estaba cómodamente instalado. Pettoruti había logrado viajar gracias a una beca del gobierno para estudiar artes plásticas, primero lo hizo a Italia y luego a España, donde pudo relacionarse con Pablo Picasso y Juan Gris, dos de los mayores exponentes de este estilo.
En 2012, su pintura "Concierto" (1941) se subastó en Nueva York por 794.500 dólares y es, hasta el momento, uno de los valores más altos que ha alcanzado una obra de arte argentino.
“Necesito que mi pintura sea un eco dramático del momento que vivo”, dijo alguna vez Raquel Forner, y ese bien podría ser el resumen de su legado artístico. Descubrió su pasión por la pintura a los 7 años en un viaje por España junto a sus padres, y al regresar comenzó a formarse en la Academia Nacional de Bellas Artes. A los 20 ya se había recibido de profesora de dibujo.
Entre 1929 y 1931 vivió en Paris, donde fue alumna Othon Friesz, un pintor francés popular por su estilo fauvista. En 1932 regresa a Argentina y algunos años después se dan dos hechos mundiales que impactan directamente sobre su obra: la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Poco a poco su estilo comienza a acercarse al surrealismo y las figuras mutantes y alienígenas empiezan a estar cada vez más presentes.
Su gran consagración llega a partir de la década de 1940 cuando comienza a recibir importantes premios como el primer premio del XXXII Salón Nacional, el premio Augusto Palanza de la Academia Nacional de Bellas Artes y el gran premio de honor del XLV Salón Nacional.
A su vez, sus obras alcanzan reconocimiento internacional colocando al arte argentino en lugares como Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Suiza, Portugal México, Brasil y Colombia.
Quizás el más popular de esta lista, Xul Solar nación en San Fernando, provincia de Buenos Aires. Si bien desde chico se lo veía más cerca de la música y la pintura, en 1905 comenzó a estudiar arquitectura en la Universidad de Buenos Aires pero abandonó dos años más tarde.
Siete años más tarde viajó a Europa donde se instaló hasta 1924. Durante ese periodo tomará contacto con numerosos artistas europeos y también argentinos que se encontraban explorando el viejo continente.
En el sitio web oficial del museo ubicado en el barrio porteño de Recoleta se puede observar el listado de todas las colecciones exhibidas. Su estilo está principalmente influenciado por el futurismo italiano, el cubismo y el fauvismo.
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