El segundo río más largo de Sudamérica nace en Brasil y cruza otros dos países en sus más de 4.500 kilómetros: Argentina y Paraguay. Así, después del río Amazonas, es el de mayor extensión de la parte sur del continente.
Además, destaca por su caudal, por representar una división limítrofe entre provincias de un mismo país y entre distintas naciones, y porque a su alrededor habitan millones de personas.
¿Dónde nace el segundo río más largo de Sudamérica?
El río Paraná no solo es el segundo río más largo de Sudamérica sino que de toda América. Nace en el cruce entre tres estados brasileros, al norte del país:
- Estado de Sao Paulo.
- Mato Grosso del Sur.
- Minas Gerais.
En ese cruce se encuentran dos ríos, el Grande y el Paranaíba, y allí nace el río Paraná. En total, tiene una extensión de 4.880 kilómetros y un caudal de 17.300 metros cúbicos por segundo, siendo a la vez uno de los ríos de mayor caudal en el mundo. Además, como transporta gran cantidad de sedimentos, su morfología cambia constantemente.
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¿Cuál es la importancia del río Paraná?
Como cualquier cuerpo de agua en el mundo, el segundo río más largo de Sudamérica es fuente abundante de recursos naturales. No solo tiene un rol fundamental en el clima y la vegetación, sino que además garantiza la supervivencia de muchas especies animales y de, por supuesto, el ser humano.
Además, junto al río Uruguay alimenta la cuenca del Plata, que es la quinta más grande del mundo. Así, en torno al río Paraná, viven más de 75 millones de personas.
Por otro lado, hace de límite natural entre los tres países que recorre: Argentina, Paraguay y Brasil. En el cruce con el río Iguazú, donde limitan los tres países, se levanta el monumento a la Triple Frontera.
Luego, dentro de Argentina, separa entre sí a las provincias de Corrientes, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.
¿Dónde termina el segundo río más largo de Sudamérica?
Por ser una de las fuentes principales de la cuenca del Plata, el río Paraná desemboca en el Río de la Plata, que eventualmente llega al Océano Atlántico.
Gracias a su extensión, permite que los tres países que cruza lo aprovechen en la generación de energía y en los recursos pesqueros. A esto se lo suma lo atractivo del paisaje, haciendo que también sea una gran fuente natural de turismo.