La catedral simboliza la unión entre dos países, gracias a las luchas de liberación que dieron ante el Imperio Otomano. En la nota, te contamos la historia del edificio blanco, dorado y verde.
Muchos edificios religiosos destacan por sus imponentes cúpulas o torres, detalles y miles de ventanas. Y ese también es el caso de la segunda catedral más grande de los Balcanes, que tiene más 140 años de antigüedad.
La Catedral de San Alejandro Nevski está ubicada en Sofía, la capital de Bulgaria. No encabeza el podio de la Península Balcánica porque tiene 30 metros menos de altura que el Templo de San Sava, en Belgrado, Serbia.
Sin embargo, como este último aún no terminó de construirse (y viene así desde 1935), puede considerarse que es la catedral terminada más grande de los Balcanes. Esta península europea está entre los mares Mediterráneo y Negro, y va desde algunas zonas de Rumania, Croacia y Eslovenia hasta el sur de Grecia.
La Catedral de San Alejandro Nevski destaca por la belleza de su gran cúpula de oro plateado, que contrasta con el verde de las demás cúpulas y semicúpulas. Está emplazada en el corazón de la ciudad, e incluso las calles se amoldan a ella. Entre sus medidas, se cuentan:
Si nos atenemos estrictamente a la religión cristiana, a la que pertenece la catedral, es una de las sesenta más grandes del mundo. Además, tiene:
Luego del Segundo Imperio Búlgaro, que duró hasta principios del 1400, el vasto territorio cayó en manos del Imperio Otomano por casi cinco siglos. El viejo imperio se extendía desde Ucrania hasta Macedonia del Norte (en la actualidad).
La Guerra Ruso-Turca, que duró un año (1877-1878), llevó a la liberación de los pueblos balcánicos, entre los que se encontraban los búlgaros. Al año siguiente, en la Asamblea de Tarnovo, se decidió construir un monumento en honor a todos los que habían luchado por la independencia del recién creado Principado de Bulgaria.
Así fue como, gracias a donaciones públicas incitadas por las propias autoridades, comenzó a construirse en 1882 la que sería la segunda catedral más grande de los Balcanes. El proceso terminó a principios del siglo XX.
Su nombre, por otro lado, se debe a quien fue el príncipe y líder ruso Alejandro Nevski (1220-1263), defensor de la Iglesia ortodoxa rusa ante otras ramas de la religión cristiana.
La obra que condensa la liberación del pueblo búlgaro cuenta, además, con algunos datos curiosos que se oponen entre sí.
La Catedral de San Alejandro Nevski es un símbolo de la unidad entre Rusia y Bulgaria, ya que en la Guerra Ruso-Turca muchos rusos, precisamente, dejaron su vida por la liberación balcánica.
Sin embargo, luego de la Primera Guerra Mundial, cambió su nombre durante algunos años ya que ambos países estaban en bandos opuestos. Por ello, Bulgaria no quería que su edificio fundacional llevara el nombre de un ruso. Al poco tiempo volvió a su nombre original.
Por último, como tercer dato, antes de su construcción se había barajado la opción de que la catedral estuviera en Tarnovo, donde se realizó la primera Asamblea Constituyente. Pero prontamente se decidieron por Sofía, que había sido elegida como la capital búlgara.
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