Las tradiciones, leyendas, creencias, costumbres y proverbios populares de Argentina se ven reflejados en los ritmos folclóricos de todas las regiones del país. En esta nota, Billiken te cuenta cuáles son los géneros más destacados del folclore nacional.
El folclore argentino tiene sus raíces en muchas culturas originarias, pero hubo cuatro grandes acontecimientos históricos y culturales que le fueron dando otras formas: la colonización española, la inmigración africana causada por el tráfico de esclavos durante la dominación española (siglos XVI-XVIII), la ola de inmigración europea (1880-1950) y la gran migración interna (1930-1980).
Aunque el término “folclore” hace referencia a una expresión cultural anónima, popular y tradicional, en Argentina se conoce como “música folclórica” a aquella que es popular de autor conocido y a la que se inspira en ritmos y estilos característicos de las culturas provinciales.
A continuación, Billiken te cuenta cuáles son los principales géneros del folclore argentino.
Es una forma de composición poética que generalmente va acompañada con una guitarra o caja y con una voz que canta. Sus melodías reciben el nombre de “Yaraví” en Jujuy. Este tipo de ritmo es común en Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja y San Juan, pero en cada zona tiene sus particularidades. Las vidalas tienen percusiones de caja o tambor y siguen el ritmo del canto. Muchas veces se agrega la guitarra, que produce acordes arpegiados o rasgueados. La vidala no tiene danza.
Es considerado uno de los más populares bailes de a dos, desde la primera mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Se trata de un baile alegre y ágil, de pareja suelta, ritmo vivo y gran expresividad. Es bailado por todas las clases sociales y en todos los ambientes. Sus variantes son: el gato cuyano, el gato encadenado, el gato patriótico, el gato polqueado, el gato cordobés y el gato correntino.
Es característica de la región noroeste del país y proviene de “la zamacueca”, un estilo originario de Perú. El baile combina tres figuras: el arresto, la media vuelta y la vuelta entera, que implican diferentes movimientos para cada integrante de la pareja de danza. Sus variantes son: la zamba carpera, que tiene un ritmo más ligero y en su música juega un papel fundamental el bandoneón, y la zamba alegre, que se desarrolló a principios del siglo XX y en ella la pareja baila de manera suelta y los bailarines llevan castañuelas y pañuelo.
Es un género típico de Corrientes, pero presenta variantes en Entre Ríos, Formosa, Santa Fe, Chaco, Misiones y Santiago del Estero. Se trata de un baile que puede ser alegre y animado o triste y alegórico, según cada versión. Las variantes son: el chamamé orillero, el chamamé ganci, el chamamé maceta, el chamamé caté y el chamamé rory.
Es un baile vivaz que también se baila en pareja, pero los bailarines no se tocan y hacen solas sus evoluciones, es decir, no las combinan con las de otras parejas. La chacarera tiene un ritmo ágil y un carácter festivo. Se baila especialmente en Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba.
Es un ritmo tradicional en Jujuy, Salta y Tucumán. Tiene su origen en una antigua danza que practicaban los pueblos originarios del Altiplano, como los quechuas. Su música es ejecutada con instrumentos regionales como la quena, el charango, el erke, la caja chayera, el sikus y el bombo. En sus comienzos, se bailaba colectivamente mediante rondas, filas y serpentinas. Más tarde se continuó bailando en grupo pero también reunidos en parejas. Los bailarines se mueven en torno a los músicos o en hilera, y una mujer u hombre con un estandarte o banderín adornado con cintas en la mano dirige la hilera.
Es un baile típico de la llanura pampeana que consiste en un conjunto de parejas sueltas e interdependientes, generalmente de ocho integrantes, que coordinan sus evoluciones para desarrollar figuras.
Es una danza que usualmente realizan los hombres y consiste en hacer con los pies una serie de pequeños movimientos llamados “mudanzas”. La atención del bailarín y la de los espectadores se concentra en los pies. Se puede bailar malambo individual o en contrapunto, entre dos o más participantes. Hay dos tipos de malambo: el norteño (ágil y lleno de ánimo) y el sureño (más mesurado y elegante). No hay reglas para crear un zapateo, cada combinación de movimientos básicos es única y depende de la originalidad del gaucho que lo ejecute.
Puede variar el orden, la posición, la coordinación con la música y la postura del cuerpo, ya que si bien es un baile constituido casi exclusivamente por los movimientos de los pies y las piernas, la postura del cuerpo es muy importante, tanto a efectos de equilibrio como de imagen. Se practica en muchas competencias de danzas folclóricas argentinas, especialmente en el “Festival Nacional del Malambo”, en Laborde (Córdoba).
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