Mide 65 metros de altura, está rodeado de montañas que alcanzan los 2.500 metros sobre el nivel del mar y aún conserva su revestimiento original.
El Minarete de Jam es una de las torres más extrañas, curiosas y desconocidas de Asia, dado que se construyó hace más de ocho siglos, en una zona remota, de un país que cerró sus fronteras en más de una ocasión: Afganistán.
De todas formas, a pesar de su aislamiento, esta gran construcción permaneció en pie y aún conserva su revestimiento original, diseñado con ladrillos, mosaicos esmaltados y estuco.
Eso sí. Durante las últimas décadas, se han registrado serios problemas de erosión sobre la estructura histórica, que deben solucionarse de forma inmediata para evitar un posible derrumbe.
Gracias al relevamiento histórico que se pudo hacer alrededor del Minarete de Jam, se comprobó que la estructura de 65 metros de altura, se construyó en esta zona remota de Asia, entre los años 1163 y 1202.
A pesar de su posición remota en el mapa, este fue uno de los 60 minaretes que se diseñaron en esta zona del continente, dentro de los actuales territorios de Irán y Afganistán, entre los siglos XI y XIII.
Y, sin importar su antigüedad, el reconocido aislamiento que tiene la nación donde se encuentra, llevó a que el resto del mundo ignorara su existencia hasta las últimas décadas del siglo XIX.
Hasta el momento, se cree que el primer extranjero que estudió y registró la existencia del Minarete de Jam fue el geógrafo inglés Sir Thomas Holdich, a mediados del año 1886.
Luego, sin contar pequeñas aproximaciones, el segundo trabajo de estudios intensivos de investigación y mantenimiento sobre la torre, se concretaron en 1957, tras la visita de los arqueólogos franceses André Maricq y Gaston Wiet.
En aquella época, también se dio a conocer que la estructura no estuvo aislada del mundo al momento de su construcción. Gracias al hallazgo en las inmediaciones de los restos de fortificaciones, palacios, un horno de cerámica y un cementerio, no hay dudas de que la torre perteneció a una antigua ciudad desaparecida.
Finalmente, la construcción volvió a tener reconocimiento mundial en 2002, cuando se convirtió en el primer Patrimonio de la Humanidad de Afganistán, reconocido por la UNESCO.
Llegar hasta los pies del Minarete de Jam, no es sencillo. En primer lugar, es necesario seguir de cerca cuál es la situación de Afganistán y confirmar que las fronteras internacionales están abiertas al turismo.
Si existe la posibilidad de ingresar al país, será necesario contratar un paseo guiado hasta la torre, que se encuentra a 1.900 metros sobre el nivel del mar, en el distrito de Shahrak, en la provincia de Ġawr, muy cerca del río Harirud.
Por último, luego de percibir a la distancia el Minarete de Jam, que está a 60 kilómetros de la ciudad más cercana, también es importante prestar atención a detalles como:
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