En el Museo Nacional de Varsovia descubrieron que una momia egipcia, que hasta ese momento creían que era un sacerdote, resultó ser la de una mujer embarazada. Tras haber realizado algunos estudios y escáneres pudieron identificar pequeños huesos de una mano y un pie pertenecientes a un feto dentro del útero de la mujer.
La tumba y la momia fueron donados por un particular en 1826 a la Universidad de Varsovia afirmando que provenía de Tebas, Egipto. En el sarcófago había un nombre escrito que decía “Hor-Djehuty”, aparentemente el nombre de la momia. Tras investigaciones, concluyeron que esa persona fue un escriba y sacerdote con muchos cargos importantes.

En el 2016 comenzaron a indagar más acerca de la momia, hasta que un tiempo después se dieron cuenta que poseía un esqueleto con huesos finos, pareciendo más al de una mujer que al de un hombre. Tampoco tenía órganos reproductores masculinos y le detectaron senos. Pero el descubrimiento más importante fue encontrar un pequeño pie y una mano en el útero de la momia. Se trata de la primera vez en la historia que se encuentra una embarazada momificada, esto es extraño ya que antes del proceso de momificación se le quitan todos los órganos al difunto. Además se reveló que se trataba de una mujer entre 20 y 30 años de edad que se encontraba entre la semana 26 y 30 de gestación, y que vivió aproximadamente en el siglo 1 A.C.

Esta valiosa información nos deja muchas preguntas: ¿Por qué había una mujer embarazada en la tumba de un sacerdote? ¿Cuál es la razón de no quitarle el feto antes de la momificación? ¿Qué historia hay detrás de este descubrimiento?