De todos los animales que existen en el mundo, hay especies que permanecen en estado crítico desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, grupos de especialistas han decidido crear organizaciones para revertir la problemática y así surgió, por ejemplo, el Día del Oso Polar.
Esta gigantesca especie, que habita en las regiones más inhóspitas e inaccesibles del mundo, es considerada la “primera en estar en peligro de extinción” de todas las que hay en el planeta.
Y, aunque el tiempo pasa, los osos polares siguen bajo amenaza. Es por eso que, con un día en su honor, se intenta dar a conocer las principales problemáticas que reducen su población, en cada rincón del mundo.
¿Por qué se eligió el 27 de febrero para celebrar el Día del Oso Polar?
El Día del Oso Polar se estableció en cada país el 27 de febrero de 2006, por iniciativa de la organización “Polar Bears International”, que se identifica como un grupo de proteccionistas que trabaja, a diario, para evitar la extinción de estos animales.
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Pero, ¿por qué eligieron el 27 de febrero? ¡Simple! Según los resultados de múltiples investigaciones realizadas, durante esta jornada los osos polares del Ártico están en su punto más elevado de ayuno, que los prepara ante una amplia y cansadora temporada de focas.
Entonces, como este proceso de caza y alimentación para sobrevivir, también está afectado por la mala intervención de los humanos, es una fecha ideal para potenciar la eliminación de las acciones negativas y concientizar al respecto.
¿Los cachorros corren un mayor peligro?
Aunque nadie se niega a celebrar el Día del Oso Polar, hay quienes no comprenden cómo un animal tan grande puede estar en peligro de extinción. Es por eso que el homenaje de cada 27 de febrero es útil para eliminar cualquier duda al respecto.
En simples palabras, aunque sea un gran depredador, se ve afectado desde hace muchos años por:
- La falta de fuentes de alimento.
- La destrucción de su hábitat natural, ocasionado, principalmente, por el derretimiento de las grandes masas de hielo.
- La caza indiscriminada.
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Dentro del contexto mencionado, es cierto que los cachorros están mucho más expuestos que los adultos, ya que carecen de fuerza y/o habilidades para defenderse o trazar una estrategia de supervivencia.
Y, ante el fallecimiento temprano de los especímenes más jóvenes, el ciclo de reproducción se ve reducido y, como consecuencia, cada vez hay menos osos polares en el mundo.
