Doris Gibson nació el 28 de abril de 1910. Su nombre completo era Doris Gibson Parra del Riego y tenía un fuerte sentido de independencia, quizás heredado de su padre. Era hija de un poeta que prefirió llevar una vida bohemia en Perú antes que someterse a la voluntad de su adinerada familia británica.
Doris era bellísima. Se casó muy joven, pero a los pocos años se divorció. Durante su juventud, Doris tuvo un romance con el pintor Sérvulo Gutiérrez, que la usó de modelo para pintar un desnudo. Más tarde, ambos se pelearon y Gutiérrez vendió el cuadro a un adinerado hombre de negocios. Doris y un fotógrafo amigo fueron a la casa del comprador y le pidieron permiso para retratar el cuadro. Pero en lugar de eso... ¡lo robaron! Doris luego se excusaría con el hombre diciendo: “No quería estar desnuda en su casa”.
Llevó una vida relajada, viajó y conoció a mucha gente. Así, comenzó a trabajar de periodista en una publicación de turismo. Luego colaboró en un diario. Su gran creación, en 1950, fue la revista Caretas, que con el tiempo se convirtió en uno de los semanarios de investigación más importantes de Perú. Lanzó la revista con una máquina de escribir y muy poco dinero. Durante muchos años vivió en el mismo edificio en el que funcionaba la redacción, en otro piso. Tenía la idea de ponerle a la publicación “Caras y Caretas”, igual que la famosa revista argentina de principios del siglo XX, pero como en su país regía entonces una dictadura militar, le dejó solamente “Caretas”, para simbolizar el clima de represión en que vivían. En los primeros tiempos, ella misma salía a venderla por las calles. En 1952 una de sus notas molestó a la dictadura imperante y los ejemplares fueron secuestrados, la revista clausurada y Doris detenida.
Los problemas con la autoridad continuaron, ya que siempre se mantuvo fiel a la verdad y se tomaba en serio la libertad de prensa. En total, la revista fue clausurada ocho veces y Doris encontró maneras cada vez más creativas para reabrirla. Era una mujer de carácter fuerte, que no temía discutir con los militares y policías que la perseguían. También era una persona muy cálida, que trataba con afecto y gentileza a todo el mundo.
Su trabajo fue posteriormente reconocido por sus colegas y por los gobiernos democráticos de Perú, que la condecoraron en más de una oportunidad. La revista Caretas continúa existiendo: el legado de Doris se mantiene.
Murió el 23 de agosto de 2008.
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