El Delfín Franciscana es un cetáceo odontoceto de pequeño tamaño. Fue descubierto por primera vez en las costas del Río de la Plata durante el siglo XIX. Aunque recorre varios países de Sudamérica, la especie se asentó en Península Valdés, Argentina.
Viven en grupos de entre dos y cinco individuos y no acostumbran a estar en grupo. A diferencia de otros delfines, miden entre un metro 30 y un metro 75 de largo. Estos se desplazan lentamente, no realizan viajes demasiado largos y, al respirar, salen poco a la superficie. Además, emiten sonidos de alta frecuencia y se alimentan de calamares y peces.

Por año, se calcula que mueren entre 2000 y 3000 de ellos. Al ser animales que circulan cerca de las costas, suelen caer en las redes que se utilizan para la pesca tradicional, donde se enredan y luego se asfixian.
Desde el 2008, esta especie está catalogada como vulnerable y permanece en peligro de extinción. En Argentina, se calcula solo quedan 14 mil vivos. Lamentablemente, este martes, la especie volvió a ser noticia porque, en Mar del Tuyú, un hombre sacó uno del agua y le causó la muerte.