No es raro ver espuma de mar cuando nos metemos a darnos un chapuzón. A veces su manto salino se espesa, se curva y se posa sobre la arena, definiendo la costa; otras se mueve por su superficie y desaparece tan pronto como aparece.
En algunas ocasiones mientras nadamos en las aguas salinas del mar y vemos que hay mucha espuma, nos podemos llegar a preguntar: ¿es normal? y ¿será peligrosa? Billiken te explica cuándo sí y cuando no.
¿La espuma de mar es dañina?
La respuesta provisional a la pregunta es: no, no es peligrosa ni dañina. Es decir, en la mayoría de los casos no lo es, sobre todo en las playas que representan destinos típicos para los turistas.
Por lo general, el mar tiene espuma simplemente porque contiene mucha, mucha sal, la cual se bate gracias al viento, la fuerza de las olas y el movimiento constante de las mareas. De esta manera, se hace más espesa y termina generando espuma.
En consecuencia, siempre que la espuma haya sido generada a causa de la composición salina del océano -y tenga esa apariencia ligera y blanca característica- no representa un peligro para las personas. Aunque sí es la responsable de algún que otro disgusto por la textura que le da a nuestro pelo o los rastros blancos y secos que a veces deja en la piel.
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¿Cuándo es peligrosa?
La sal no es el único material que llega a los cuerpos de agua: diversos productos químicos y materiales tóxicos también logran entrar en contacto con el mar y cambiar su composición si no son controlados correctamente.
Una vez que están presentes en el mar, los entes contaminantes afectan la tensión superficial del agua, la estabilidad de las burbujas y de la espuma natural, dando como resultado espumas más densas y potencialmente peligrosas.
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No es de lo más común en el mar, ya que por lo general cuenta con movimiento y tamaño suficiente para que la contaminación se disperse y no se acumule en las costas. Sin embargo, no es infalible.
La espuma del tipo peligroso puede aparecer de todas maneras. Lo importante es detectarla según sus anomalías:
- Su olor es fuerte.
- Tiene colores intensos y más oscuros.
- Su densidad es mayor.
- Su forma es menos amorfa.
