Es una construcción que tiene casi mil años de existencia, y si bien hoy no vive nadie, fue un centro religioso y cultural muy importante. En esta nota, te contamos la historia del monasterio medieval de Georgia más ingenioso y sorprendente.
Cuando la arquitectura y la naturaleza se combinan, surgen construcciones sin precedentes. Así es como, en una montaña rocosa del corazón geográfico de Georgia, se encuentra una maravilla arquitectónica milenaria: el monasterio medieval de Vardzia.
También conocido como la "Ciudad de Cuevas" de Vardzia, este templo está ubicado en la montaña Erusheti, pegada al valle del río Barimela. Su construcción tardó cerca de treinta años y su objetivo principal era ser un sitio de defensa de la frontera sur ante los grupos musulmanes.
Lo más sorprendente de todo es su emplazamiento: no está sobre la montaña, sino que está dentro de ella.
El monasterio se construyó gracias a miles de monjes que fueron tallando en la piedra los distintos espacios, por orden del rey Giorgi (Jorge) III en 1150. Así, se formó la pequeña ciudad de túneles y habitaciones.
Ya durante el gobierno de la reina Tamar, en la Edad de Oro de Georgia (década de 1180), se contaba un total de 13 niveles con más de 500 cuevas, entre las que se repartían:
Estas se conectaban por una serie de túneles y pasadizos en cada nivel y entre niveles, que también llegaban a ser subterráneos.
Tal era el cuidado y detalle sobre el monasterio, que la cara interna de los techos de las iglesias tenían murales religiosos de escenas bíblicas. Además, la iglesia principal tenía retratos de su reina actual y de su rey anterior.
Además de ser una gran construcción con motivos religiosos, el monasterio medieval de Vardzia cumplía funciones económicas, "académicas" y, como mencionamos, defensivas.
Vayamos por partes. En cuanto a lo económico, el monasterio almacenaba grandes contendores de vino que se producía en el valle aledaño y también otros alimentos.
En lo "académico", el monasterio de Vardzia funcionó como centro de producción de conocimientos y escritura de libros, siempre vinculados a lo espiritual, religioso y cultural. Esto debido a que la Edad de Oro de Georgia transcurrió durante la Era Medieval.
Pero el monasterio no se quedaba ahí: como era autosuficiente, también contaba con un sistema de cultivos en sus terrazas y un sistema interno de canales que garantizaban agua potable a la población. Vale aclarar que no solo monjes vivían allí, sino también artesanos que habían participado en la construcción y otros habitantes del reinado de Georgia.
En 1283, la cueva-ciudad sufrió un terremoto que reveló su función defensiva y su existencia en sí, dejándola a merced de las invasiones de pueblos fronterizos.
400 años después de su creación, a mitades del siglo XVI, los persas invadieron y saquearon, para que más tarde los otomanos pasaran a tener el control de la zona. Su frontera más cercana, lo que explica el motivo defensivo de la construcción, es con la actual Turquía.
Luego de los numerosos ataques, los monjes que quedaban se fueron retirando hasta abandonar el monasterio medieval de Vardzia por completo.
El monasterio de cuevas revivió y murió varias veces en los próximos siglos, hasta que se descubrió su antiguo potencial y tamaño durante las excavaciones soviéticas del siglo XX.
En la actualidad, forma parte del patrimonio del Museo Histórico-Arquitectónico de Vardzia y puede visitarse como sitio turístico. Por su importancia arquitectónica, religiosa, cultural e histórica, es de los sitios turísticos e históricos más importantes de Georgia.
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