Hasta ahora creíamos que el animal más grande del océano era la ballena azul con 30 metros de largo, pero el Instituto Schmidt del Océano realizó una misión a las profundidades de las fosas marinos en la costa oeste de Australia, donde halló un gigantesco ser vivo de 45 metros de largo. Se trata de un sifonóforo, que es el nombre que reciben las colonias de organismo flotantes formadas por pequeños seres bioluminiscentes (es decir que producen su propia luz) que llegan a extenderse por grandes longitudes. Ya se habían registrados cientos de sifonóforos, pero el instituto dio a conocer su descubrimiento en Twitter afirmando que “este espécimen es el más grande jamás registrado, y en una extraña postura de alimentación similar a la de un ovni.”
Los sifonóforos son organismos invertebrados compuestos por zooides o pequeños organismos asexuados que cumplen distintas tareas dentro de la colonia. Por esto se lo considera como una colección de piezas altamente especializadas. Cada organismo cumple funciones específicas: algunas partes atrapan presas, otras digieren los alimentos, algunas se reproducen y otras dirigen el trayecto nadando.