En el pasado más remoto existieron cientos de civilizaciones antiguas cuyas invenciones constituyeron una fuente de inspiración para las civilizaciones contemporáneas. Sus maneras de vivir y sus conocimientos, por su extrañeza, todavía hoy se siguen investigando. En esta oportunidad, Billiken te va a hablar sobre la cultura maya y, en otras notas, te va a contar cómo funcionaban otras civilizaciones antiguas.
La civilización maya
Se desarrolló en México (en los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco), en Guatemala, Belice y la parte occidental de Honduras y El Salvador, por lo que abarcó más de 300.000 kilómetros de territorio. La civilización maya se destacó, a lo largo de más de dos milenios, en numerosos aspectos socioculturales como su escritura —uno de los pocos sistemas escriturales plenamente desarrollados en la América precolombina—, su arte, su arquitectura, su mitología y sus notables sistemas de numeración, astronomía y matemáticas.
Los orígenes de la cultura maya
Durante el período de su formación, antes de 2000 a.C., los mayas comenzaron a desarrollar la agricultura y la población se hizo sedentaria, por lo que se estableció en las primeras aldeas. En el período preclásico (2000 a.C. hasta 250 d.C.) desarrollaron las primeras sociedades complejas y cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya: el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en el 750 a.C. y, alrededor del 500 a.C., ya poseían una arquitectura monumental, que incluía grandes templos con fachadas de estuco. Los mayas comenzaron a utilizar la escritura con jeroglíficos desde el siglo III a.C.
El desarrollo de la cultura maya
Desde el 250 d.C., los mayas empezaron a levantar monumentos en los que esculpían las fechas de “Cuenta larga”, que era un calendario vigesimal no repetitivo. En este período desarrollaron un gran número de ciudades-Estado vinculadas entre sí por una compleja red de comercio.
En las tierras mayas bajas surgieron dos grandes poderes rivales: “Tikal”, uno de los mayores centros urbanos de la cultura maya, y “Calakmul”, otro yacimiento arqueológico prehispánico de la misma civilización. El poder político de los mayas se centró en el concepto del “rey divino”, que actuaba como mediador entre los mortales y el mundo sobrenatural. La monarquía era usualmente hereditaria y patrilineal, y el poder pasaba al hijo mayor, aunque más de una vez fueron las mujeres quienes ostentaron el poder como regentes de sus hijos menores de edad o por derecho propio.
Los mayas desarrollaron una compleja serie de calendarios rituales entrelazados, emplearon la matemática y se constituyeron como uno de los primeros pueblos en utilizar el cero explícito en todo el mundo. Hacían cuentas todo el tiempo: anotaban el recorrido de los astros, las salidas del sol y la luna y calculaban los eclipses. Además, practicaban el sacrificio humano como parte de su religión.
Su declive
El colapso de la civilización maya ocurrió entre los siglos VIII y IX y es uno de los mayores misterios de la arqueología. La sofisticación cultural alcanzada por los mayas antes de su declive, en combinación con la relativa brusquedad del propio colapso, hace que este desarrollo sea aún hoy muy interesante. Se estima que en el siglo IX se produjo un colapso político generalizado en la cultura maya, que originó guerras internas, el abandono de las ciudades, y un desplazamiento poblacional hacia el norte. En el siglo XVI los españoles conquistaron la región mesoamericana y, tras una larga serie de campañas militares, la última ciudad maya cayó en 1697.
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Lo que quedó de los mayas
Los mayas grabaron su historia y sus rituales en libros con forma de biombo, de los que solamente se resguardaron tres ejemplares, ya que el resto fue destruido por los conquistadores españoles. También existe un gran número de indicativos de inscripciones mayas en algunas estelas y objetos de cerámica que hoy despiertan una gran curiosidad y admiración.