Gracias al uso de tecnología infrarroja y estudios de comparación de caligrafía, los científicos pudieron confirmar que la frase oculta en la pintura “El Grito” de Edvard Munch, fue escrita por el mismo autor de la pintura.
El artista noruego pintó cuatro versiones de la misma obra: un óleo de 1893, dos dibujos en pastel, de 1893 y 1895, y otro óleo, realizado en 1910. Escrito a lápiz sobre el margen superior izquierdo del primer lienzo se lee "Kan kun være malet af en gal Mand", que se traduce como "solo puede haberlo pintado un loco".
Munch, un artista controversial
Por aquel entonces, cuando la obra se exhibió por primera vez en Oslo en 1895 recibió muchas críticas, tanto la pieza como su autor. La polémica giraba en torno a la imposibilidad de asignarle una única interpretación a la imagen pintada: un hombre que grita mientras se cubre los oídos.
El tono de los comentarios fue tan negativo que había quienes afirmaban que a Munch no se lo podía considerar una "persona normal" y que no tenía "un cerebro normal".
Recién en 1904 el curioso mensaje captó la atención de un crítico danés durante una exposición del cuadro en Copenhague y desde entonces hasta la actualidad varios especialistas noruegos se abocaron a estudiar aquellas palabras para conocer su origen.
En un primer momento, la hipótesis principal sostenía que la oración había sido agregada por algún detractor del artista cuando la obra se expuso por primera. Él mismo había dicho que si bien desconocía su origen, no la eliminó porque le parecía acertada.
Recién en 2021, los especialistas del Museo Nacional de Oslo pudieron asegurar que en efecto la frase la escribió Munch poco tiempo después de aquella primera exhibición, como respuesta al cansancio que le generaba que se debatiera sobre salud mental.
Su salud
La salud del noruego, tanto física como mental, siempre fue frágil y desde la niñez estuvo en contacto con la muerte. Su madre y una de sus hermanas fallecieron de tuberculosis cuando era niño, condición que sufrió él mismo posteriormente. Asimismo, otra de sus hermanas padeció una enfermedad mental y su padre, médico, murió muy joven.
"Enfermedad, locura y muerte fueron los tres ángeles que velaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida", afirmó en una ocasión. Atormentado por las depresiones, se consolaba con el alcohol y uso su arte para exorcizar sus fantasmas: "Mis sufrimientos son parte de mi personalidad y de mi arte. Su destrucción destruiría mi arte", llegó a decir en alguna ocasión.
