En 1921, las autoridades decidieron que había que construir un nuevo ramal del Ferrocarril Patagónico para integrar a toda la Patagonia con la Red Ferroviaria Nacional. Al año siguiente, se encargaron las locomotoras que, inicialmente se impulsaban con carbón y luego fueron reconvertidas a fueloil, un combustible para locomotoras a vapor.
La obra comenzó en 1938 y terminó en 1945 cuando el trazado llegó hasta Esquel. Demandó décadas de trabajo humano: "este tendido se realizó sin maquinaria, con pico, pala y explosivos, en un ambiente de inviernos impiadosos y veranos resecos", detalla la página oficial.
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Inicialmente, el tren solo transportaba carga pero a partir de 1950, se transformó en un medio de transporte para los vecinos de la zona. Funcionó hasta 1993, cuando se cerró y se convirtió en un tren turístico.
"La Trochita", fue restaurada y hoy realiza tres recorridos distintos: desde El Maitén hasta Desvío Thomae, desde Esquel hasta Nahuel Pan y por último desde Esquel hasta El Maitén. En todos los recorridos, los turistas pueden disfrutar de una vista única y de su historia.
Recibió ese apodo por la distancia entre los rieles sobre los que corre el Viejo Expreso Patagónico. "A principios del siglo XX, los trenes de trocha angosta tipo Decauville corrían sobre rieles separados por 60 centímetros, en gran parte para ahorrar costos en los trabajos de ingeniería y también en el mantenimiento de los propios trenes", resumen desde la página oficial.