Cuando se habla de momias y técnicas de momificación, se suele pensar en Egipto. Sin embargo, hay un lugar en Sudamérica donde se encontraron las más antiguas del mundo. Conocé más sobre ellas en esta nota.
Los Chinchorros fueron un grupo prehispánico de pescadores, pre-cerámicas y pre-metalúrgicas. Habitaron la costa del desierto de Atacama entre el 7.020 y el 1.500 antes de Cristo (a.C). Se encontraron restos de este pueblo desde Ilo, en Perú, hasta Antofagasta, en Chile.
Curiosamente, en el Museo de Historia Natural de Valparaíso, están exhibidas momias pertenecientes a los Chinchorros, que son las más antiguas del mundo.
Se trata de dos adultos y menores que datan aproximadamente del 5.050 a. C. Son consideradas las más antiguas del mundo hasta el momento, además de ser la primera evidencia de un tratamiento funerario elaborado del mundo.
Se cree que estas momias fueron encontradas en los cementerios de la playa Chinchorro, debido a sus características y su donación por parte del Director General de la Armada y Alcalde de Valparaíso de ese momento, Jorge Montt, entre 1913 y 1915.
Este grupo se destaca por sus avanzadas técnicas de momificación de sus cadáveres. Gracias a esto, se conocen las prácticas y culto a los muertos y su conocimiento de anatomía.
La mayoría de los hallazgos han sido por accidente: los nuevos desarrollos inmobiliarios y urbanísticos en lugares antes no explorados son los escenarios de estos descubrimientos.
Pero ese no es el mayor de los problemas para la conservación de las piezas de las civilizaciones ancestrales. El cambio climático podría deteriorar su conservación, ya que el aumento de las temperaturas cambia las condiciones iniciales en las que se mantenían.
Hasta el momento, se han encontrado 280 momias Chinchorro. De allí se conoce más sobre su cultura y sus prácticas funerarias: no enterraban a sus muertos, sino que preparaban sus cuerpos artificialmente, para que tuvieran un lugar de descanso eterno en el desierto.
Además, utilizaban los materiales con los que cubrían el cuerpo como lienzo, donde expresaban sus emociones y dibujos en honor al difunto.
Si bien los Chinchorro vivían en una zona desértica entre el sur de Perú y el norte de Chile, que hoy es bastante árida, en el pasado, la presencia de aguas subterráneas permitían que se practicara la pesca.
Su alimentación se basaba en productos provenientes del mar, pero también cazaban aves, camélidos y recolectaban quínoa y otras plantas, con las que también fabricaron esteras y cordeles.
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