Es un territorio de 2,8 kilómetros cuadrados que pertenece a Brasil, se mantiene deshabitado y es reclamado por Uruguay desde 1940.
En la intersección del río Uruguay con el río Cuareim hay una curiosa isla de Brasil que se encuentra rodeada por Argentina y Uruguay y está vinculada a una disputa internacional que se mantiene desde hace 83 años.
Conocida como lha Brasileira, es un terreno de tan solo 2,8 kilómetros cuadrados que está repleto de bosques y permanece deshabitado desde 2011, cuando falleció su último habitante.
Y, si bien está vinculada a grandes debates internacionales, que podrían perdurar durante muchos años más, hay quienes identifican a esta curiosa isla como un punto de triple frontera entre Brasil, Argentina y Uruguay.
El registro histórico más antiguo al que se puede recurrir para hablar de esta curiosa isla es el Tratado de Límites, que Brasil y Uruguay firmaron en 1851. Este acuerdo establecía, entre otras cosas, que todas las islas que se encontraran en la desembocadura del río Cuareim serían de dominio brasileño.
Es por eso que, 11 años después, cuando se la bautizó como lha Brasileira, ninguna de las tres naciones que la rodean se mostraron en desacuerdo o intentaron sembrar un debate al respecto.
Sin embargo, todo cambió cuando un estudio hidrográfico de 1928 anunció que la curiosa isla de Brasil no estaba en la desembocadura del río Cuareim, sino que se hallaba en aguas pertenecientes al río Uruguay.
Entonces, frente a este planteo, Uruguay cambió su perspectiva ante este territorio insular y, mediante un reclamo formal realizado en 1940, solicitó anexar la lha Brasileira para que sea identificada con su bandera.
Tras sorprender con el primer anuncio, que fue realizado hace 83 años, distintas autoridades de Uruguay han solicitado el cambio de nacionalidad de la curiosa isla durante más de seis décadas.
Es decir, a través de estudios, investigaciones y documentos, ha fortalecido el debate para intentar convencer al mundo de que la lha Brasileira se encuentra en la sobre el río Uruguay y, por lo tanto, le pertenece.
Pero, a pesar de que la nación ha presentado otras cuatro cartas formales entre 1988 y 1997, nunca logró su cometido. Es decir, hasta la actualidad, la versión oficial confirma que esta famosa isla está en la desembocadura del río Cuareim.
A pesar de todo lo que ha ocurrido en años anteriores, el debate entre Brasil y Uruguay ha cesado su intensidad durante el siglo XXI.
De todas formas, en los últimos 23 años han resaltado algunas curiosidades de la lha Brasileira, vinculadas, en su mayoría, al habitante solitario que tuvo hasta mediados de 2011.
Según los registros, un agricultor brasileño llamado José Jorge Daniel se mudó a esta pequeña isla fluvial en 1964 y desde entonces pasó el resto de su vida en el lugar, viviendo en una humilde casa rural.
Finalmente, luego de permanecer durante más de cuatro décadas allí, rodeado de árboles gigantes y conviviendo con múltiples especies de animales, Daniel falleció en 2011 a la edad de 95 y, desde entonces, la lha Brasileira quedó deshabitada.
A modo de homenaje, Brasil encargó la construcción de una cruz de cinco metros de altura, hecha con madera de eucalipto, que aún se mantiene en pie en el sitio donde estuvo la casa del antiguo poblador.
Y, por otro lado, a pesar de que aún no se ha concretado el proyecto y que el debate con Uruguay sigue en pie, hay grandes posibilidades de que esta isla curiosa se convierta en una reserva ambiental municipal brasileña.
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