Europa tiene lugares sorprendentes, que impactan ante la mirada de los turistas. Uno de ellos es el pueblo de Llívia, que pertenece a España pero está completamente rodeado por Francia.
Así es. La localidad centenaria, que sorprende con sus estructuras de piedra y las calles angostas, es un enclave, que se formó luego de un tratado histórico, a mediados del siglo XVII.
Y, a pesar de su llamativa ubicación, Llívia es un punto muy turístico. Hay quienes visitan el pueblo para conocer su historia y, al mismo tiempo, recorrer las maravillas naturales que hay en sus inmediaciones.
¿Cuál es la historia de Llívia?
El pueblo de Llívia permaneció rodeado por España, como cualquier otra urbanización de la época, hasta que la nación firmó el Tratado de los Pirineos en 1659.
Mediante este acuerdo, España le cedió a Francia 33 pueblos que antiguamente habían pertenecido al Imperio Carolingio y se encontraban en las comarcas catalanas (que actualmente se reúnen bajo el nombre de Fenolleda, en Pirineos Orientales) de:
- Vallespir.
- Capcir.
- Conflent.
- Rosellón.
- Alta Cerdaña.
Pero, como Llívia era una pequeña villa, no reunía las características necesarias para cambiar de nacionalidad y quedó fuera del tratado. Entonces, mientras que todas las tierras españolas que lo rodeaban se transformaron en territorio francés, la famosa localidad conservó su bandera.
¿Con qué comunas francesas limita Llívia?
Llívia, que oficialmente pertenece a la provincia española de Gerona, emplazada en la comunidad autónoma de Cataluña, limita con Francia en cada uno de sus extremos.
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Por lo tanto, el ingreso a su casco histórico es posible únicamente a través de las siguientes comunas francesas:
- Targazona.
- Estavar.
- Sallagoza.
- Santa Leocadia.
- Bourg-Madame.
- Ur.
- Angostrina-Villanueva de las Escaldas.
¿Qué paisajes de este pueblo español sorprenden a los turistas?
Como se aprecia en imágenes, Llívia es un pueblo pequeño, hogar de 1.506 habitantes, que cubre una superficie de 12,83 kilómetros cuadrados y sorprende con las construcciones históricas que alberga en su interior.
Pero, al mismo tiempo, la localidad es un destino turístico ideal para los amantes de la naturaleza, que disfrutan del senderismo y de escalar montañas de baja altura. Allí, dentro del valle de la Cerdaña, hay picos que superan los 1.400 metros sobre el nivel del mar.
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Finalmente, otro de sus paisajes clásicos es el río Segre, que atraviesa el municipio de punta a punta y está próximo a los múltiples hoteles, departamentos de alquiler y comercios que ofrece el centro de Llívia.