Charles Darwin fue una de las personas que sugirió que los animales tienen conciencia. En aquel momento la comunidad científica no lo tomó en serio porque afirmaban que no tenía pruebas para decir que "no existe una diferencia fundamental entre el hombre y los animales en su capacidad de sentir placer y dolor, felicidad y miseria".

Que las acciones de los animales fueran tomadas como un acto de conciencia fue identificada como una herejía científica por los expertos en comportamiento animal, con el argumento de que es normal querer atribuir características humanas a otros seres vivos, pero que no había sustento científico suficiente.

Nuevos estudios sugieren que la capacidad que tienen para sentir y comprender las cosas que pasan a su alrededor, podría significar cierto grado de conciencia.

Un cambio de paradigma

Los animales y su comportamiento están en estudio constantemente. De ellos se desprende nueva evidencia y los investigadores marcan un cambio de paradigma en relación a esta cuestión, aunque todavía no hay datos concluyentes.

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A lo largo del tiempo, se realizaron pruebas en distintos tipos de animales, no solo sobre los llamados superiores, como simios y delfines, sino también para criaturas menos complejas, como serpientes, pulpos, cangrejos, abejas y moscas de la fruta.

Los animales tienen conciencia: las abejas, un caso de estudio

Un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres realizó varios estudios en relación a la inteligencia de las abejas. A partir de ellos se demostró que estos insectos pueden:

• Contar,
• Reconocer rostros humanos,
• Aprender a usar herramientas.

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Además, pudieron determinar que modificaban su comportamiento después de haber vivido un incidente traumático y que son capaces de jugar. La comunidad científica cree que estos resultados están cerca de demostrar que tienen algún grado de conciencia.