En el pasado más remoto existieron cientos de civilizaciones antiguas cuyas invenciones constituyeron una fuente de inspiración para las civilizaciones contemporáneas. Sus maneras de vivir y sus conocimientos, por su extrañeza, todavía hoy se siguen investigando. En esta oportunidad, Billiken te va a hablar sobre el Imperio Azteca y, en otras notas, te va a contar cómo funcionaban otras civilizaciones antiguas.
Imperio Azteca
Fue una unidad política compleja que existió en el área central de Mesoamérica, entre los siglos VIII y XVI. Formalmente, el Imperio Azteca estaba integrado por los dominios de la “Triple Alianza” de México, conformada por Tetzcoco, Tlacopan y Tenochtitlán. En los hechos, los aztecas —también llamados “mexicas”— ostentaban el poder central en Tenochtitlán, una ciudad fabulosa levantada sobre un grupo de islotes arriba del lago Texcoco, mientras que los otros socios de la alianza habían asumido roles subsidiarios. El culto imperial, específicamente, fue el de “Huitzilopochtli”, el dios patrono guerrero, asociado con el sol, distintivo de los aztecas.
La expansión del Imperio Azteca
La expansión de la "Triple Alianza" tuvo lugar en 1430, una vez que fue derrotada Azcapotzalco, la capital del Imperio Tepaneca, hasta entonces dominante en el valle de México. Azcapotzalco fue vencida por la Triple Alianza y, a partir de entonces, los territorios del Imperio Azteca se fueron ampliando hasta llegar a ocupar el centro de México, la zona central de Oaxaca, la costa del golfo de México, Guerrero y el Soconusco. Bajo el mando de notables jefes militares, como Moctezuma Ilhuicamina y Ahuitzotl, los aztecas conquistaron desde el centro de México hasta los actuales límites con Guatemala. Sólo unos pocos pueblos lograron resistir su Imperio. Para lograr su dominio sobre otras civilizaciones, los aztecas primero negociaban. Enviaban a un embajador ofreciendo protección a cambio de alguna contribución. Luego amenazaban con la destrucción si no había sometimiento. Si fallaba también esta última misión, los aztecas mandaban a luchar a los “guerreros águilas” y a los “guerreros jaguar”, una clase especial de luchadores dentro de la antigua civilización azteca, y empezaba la guerra.
Los templos aztecas
Los aztecas no se quedaron atrás a la hora de construir grandes monumentos. Sobre uno de los islotes que conformaban Tenochtitlán construyeron un inmenso recinto sagrado, con decenas de templos y palacios. Entre ellos se destacaba el “Templo Mayor”, una especie de doble pirámide que en su parte más alta tenía dos templos pequeños: uno dedicado a “Huitzilopochtli”, el dios de la guerra y la muerte, y el otro a “Tlaloc”, el dios de la lluvia y la agricultura. La superficie de cada “chinampa”, es decir, cada jardín flotante donde los aztecas cultivaban, era de 10 por 100 metros aproximadamente.
La organización social de la antigua civilización azteca
El pueblo azteca estaba dividido en clases sociales bastante rígidas, que conformaban una especie de pirámide. En la cima estaba el “Tlatoani”, que tenía poder civil, militar y religioso, y gobernaba cada ciudad y territorio. Debajo seguían los “pipiltin” que constituían la nobleza, y más abajo estaban los “guerreros”, como los “Jaguar” y los “Águila”. En la base de la pirámide social se encontraban los campesinos y los artesanos.
Los aztecas y los calendarios
Los aztecas poseían dos calendarios: uno de 365 días, que tenía objetivos agrícolas y otro de 260 días, que tenía fines religiosos. El primero estaba compuesto por 18 meses de 20 días cada uno, más cinco “inútiles”. El segundo tenía un carácter adivinatorio y estaba dividido en 13 meses de 20 días cada uno. Según el mito, fue el dios “Quetzalcóatl”, la serpiente emplumada, el que enseñó el calendario a los aztecas.
El fin del Imperio Azteca
El fin del Imperio Azteca ocurrió el 13 de agosto de 1521, cuando los conquistadores españoles —en alianza con los tlaxcaltecas y los totonacas, entre otros pueblos indígenas— derrotaron la resistencia azteca en Tenochtitlán y Tlatelolco.
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