Palacio de Aguas Corrientes, una obra esplendorosa para albergar uno de los mayores depósitos de agua - Billiken
 

Palacio de Aguas Corrientes, una obra esplendorosa para albergar uno de los mayores depósitos de agua

Ocupa la manzana de las calles Córdoba, Riobamba, Viamonte y Ayacucho. En su momento, contuvo una de las estructuras sanitarias más grandes fuera de Europa. En esta nota. Billiken te cuenta la historia de este emblemático edificio.
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Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires es el Palacio de Aguas Corrientes, declarado Monumento Histórico Nacional.

Fue construido con el objetivo de alojar los tanques de suministro de agua corriente en un contexto de crecimiento de la ciudad de Buenos aires. En gran medida, las corrientes inmigratorias y la consolidación como puerto conllevaron a un aumento de la población que, a su vez, demandó una mayor preparación de los servicios públicos para poder hacer frente a esa nueva demanda.

Contexto social en la Buenos Aires de mediados del siglo XIX

Específicamente, el servicio de agua potable presentaba serias deficiencias. A esto se le sumaba los problemas de hacinamiento que, en gran parte, también contribuyeron al aumento de las epidemias, como la del cólera en 1867 y la de la fiebre amarilla en 1871. Por eso, las autoridades tomaron la decisión de proveer a la capital de una red de agua corriente de avanzada, aprovechando una época de abundancia económica y de prosperidad.

Con el proyecto en mente, el gobierno de entonces pensó que el lugar ideal era el norte de la ciudad. Por eso el edificio está en avenida Córdoba 1950. Además, pensaron que debía tratarse de un edificio importante y suntuoso.

Palacio de Aguas Corrientes
Interior del Palacio de Aguas Corrientes

El proyecto y un rompecabezas internacional

A cargo del proyecto estuvo la compañía Samuel B. Hale y Co. Los trabajos de la fachada exterior se le adjudicaron a Juan B. Médici y fueron dirigidos por el ingeniero Nyströmer y el arquitecto Boye. Las obras comenzaron en 1887, emplearon a 400 obreros y finalizaron en 1894. Finalmente, el edificio fue inaugurado por el presidente Luis Sáenz Peña.

El edificio es uno de los más destacados de la ciudad. Llama la atención su estilo ecléctico y la fachada es la que se lleva todas las miradas. Su revestimiento fue realizado en 130 mil ladrillos esmaltados y 300 mil piezas de cerámica importadas de Bélgica e Inglaterra, identificadas cada una de ellas con letras y números. Por su parte, los techos se realizaron con materiales traídos de Francia.

Además, una coraza de terracota reviste parte de la fachada. Allí se representa el escudo Nacional, el de la Ciudad de Buenos Aires, el de la Ciudad de Rosario y el de las 14 provincias que existían hasta ese momento. En tanto, la carpintería de puertas y ventanas es de cedro traído de Paraguay y las herrerías son de Inglaterra.

En su interior, el edificio tiene tres niveles y contiene doce tanques de agua con una capacidad de 72 millones de litros de agua, sostenidos por una gran estructura portante de 180 columnas fabricada en Bélgica. Por su parte, las paredes tienen 1,80 metros de espesos aproximadamente. En el centro de este palacio hay un patio interno pensado para preveer de aire y luz al lugar.

Interior del Palacio

Actualidad

En aquel momento, esta estructura fue considerada una de las más grandes fuera de Europa. En la actualidad, en su interior funcionan el Museo del Agua y de la Historia Sanitaria, el Archivo de Planos Domiciliarios, y dependencias administrativas de la empresa aysa.

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