Navidad es una de las celebraciones que más tradiciones conlleva. Después de la cena y antes del brindis, es el momento de los postres y dulces que acompañan la mesa. Y, si hay algo que no puede faltar, es el clásico Pan Dulce.
La historia del Pan Dulce
El pan dulce tiene una larga historia. Se ha consumido en distintas épocas y contextos con distintos ingredientes. Con o sin frutas, con especias, y hasta con dulce de leche y chocolate, para los más modernos.
Muchos de los platos consumidos en Argentina fueron traídos por los inmigrantes europeos. Pero ¿de dónde proviene el pan dulce? Aparentemente hay distintas versiones y leyendas que circulan acerca de su origen.
La más antigua de las historias cuenta que el pan dulce lo inventaron por los primeros cristianos, que lo preparaban en recuerdo al nacimiento del niño Jesús ya que el nombre de la ciudad de Belén, donde nació, significa “casa de pan”.
Origen del Pan Dulce: dos historias provenientes de Italia
Otra de ellas cuenta que allá por el año 1494, en vísperas de la Nochebuena, al cocinero del Duque de Milán se le quemó un postre. Para reemplazarlo rápidamente, preparó una mezcla de pan, azúcar, pasas de uva y manteca.
Una historia más romántica se ubica en Milán en la época del Renacimiento y cuenta que un joven de noble familia, llamado Ughetto degli Atellani, se enamoró de Adalgisa, una panadera y, para conquistarla, se hizo pasar por su aprendiz e inventó este pan para obsequiarle. Con el objetivo de ayudarla, propuso agregar manteca al pan. La idea gustó a los clientes y luego probaron adicionándole azúcar, pasas y cortezas de naranja y limón. El dueño de la panadería y padre de la muchacha se llamaba Toni y de ahí surgió el nombre “Panetonne”, que significa “pan de Toni”. La panadería y el pan se hicieron tan famosos como el mito.
