Cuando finalizó la Conquista del Desierto, el reconocido hombre de negocios Antonio Ataliva Roca recibió 180 mil hectáreas de un terreno que está ubicado a 35 kilómetros de la capital de La Pampa. En aquel entonces, decidió repartirlas entre sus familiares. Le regaló 23.000 hectáreas a Arminda, su hija y a Pedro Luro, su yerno.
En 1905, el matrimonio construyó una mansión de época con estilo francés. Sin embargo, en los alrededores, la pareja armó el primer coto de caza del país. Lo denominaron "Establecimiento San Huberto" por el santo europeo protector de los cazadores, ya que habían decidido establecer un coto de caza privado. Para que sea aún más atractivo, importaron animales de Europa que, hasta el momento, nunca se habían visto en Argentina, como los ciervos colorados y los jabalíes.
Una vez que finalizó la Primera Guerra Mundial, los cazadores europeos dejaron de acercarse al lugar y Luro, que tenía una importante deuda con un banco, tuvo que rematar la propiedad. Ya en 1939, los nuevos propietarios decidieron darle un giro al lugar: habitar la casona y dedicarse a la cría de caballos para polo.
Con el fallecimiento de sus últimos dueños, el terreno fue cedido al Gobierno de la provincia. Desde 1996, el Parque Luro es un área protegida sin aprovechamiento productivo y Patrimonio Natural, Histórico y Cultural de La Pampa. Actualmente, es un lugar abierto al público y ofrece distintas actividades alrededor del casco histórico. Está abierto todos los días del año de 9 a 19 horas y, dentro, hay distintas especies de animales para conocer.