Se volvió obligatorio en 1942, pero surgió muchos años antes.
Todo comenzó en 1915, cuando en una reunión de docentes de la escuela Cornelia Pizarro del barrio de Recoleta, Matilde Figueiras manifestó ante sus colegas que era necesario crear un uniforme para evitar las diferencias de vestimenta entre los estudiantes humildes y los de buen pasar económico.
Aunque la idea fue aceptada por los padres de la institución, la docente recibió varias denuncias anónimas en el Consejo de Educación por implementarlo. Según el periodista e historiador Carlos Piro, el inspector que se acercó para comprobar la veracidad de los reclamos terminó recomendándolo.
La aprobación oficial del guardapolvo blanco se concretó el 1 de noviembre de 1919, durante la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, su uso se volvió obligatorio en 1942. En un primer momento, tenía forma de delantal y era cosido por las familias, luego fue evolucionando hasta transformarse en el que conocemos actualmente.
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