A través de una investigación del CONICET, especialistas llegaron a la conclusión de que los cementerios tienen la misma importancia que un parque o una plaza.
Una de las mejores alternativas para tomar un descanso, al mismo tiempo que se observa el vuelo de las aves y se escucha su canto, es visitar un parque o una plaza. Pero, para sorpresa de muchas personas, los cementerios también funcionan como un hábitat natural de cientos de especies.
Si bien la diferencia entre un parque y un cementerio es evidente, eso no descarta que ambos sitios deban ser considerados como un pulmón verde de gran superficie, esencial para el desarrollo de la vida de las aves.
Entonces, a través de una investigación del CONICET, especialistas llegaron a la conclusión de que los cementerios de Latinoamérica deberían modernizar sus instalaciones para incentivar la llegada de nuevas aves y garantizar la permanencia de las que ya se encuentran en la zona.
Ante el aumento de estudios sobre las especies de aves que habitan en cementerios de Europa, un equipo de profesionales del CONICET se reunió en diferentes recintos fúnebres de Latinoamérica para registrar, por primera vez, la misma tendencia.
El primer paso fue armar un listado de cementerios que tengan características similares entre sí. Es decir, qué coincidan en la dimensión de sus instalaciones, así como también en su ubicación geográfica, en las condiciones urbanas que los rodean y en el tipo de clima que suelen tener.
Luego, los especialistas viajaron a 18 ciudades de 8 países latinos con la intención de visitar los principales cementerios de cada lugar y recopilar datos valiosos a través de una metodología de punto de conteo. Su tarea fue permanecer en silencio durante 10 minutos y anotar todas las aves que se puedan observar y escuchar.
Las cifras obtenidas por el CONICET son aproximadas y pueden variar según la temporada en la que se realice el estudio, que incluyó cementerios de:
De todas formas, el análisis permitió anunciar que en los cementerios de Latinoamérica habitan cerca de 18 mil aves pertenecientes a 281 especies.
Es evidente que alcanzar un número en concreto era un gran desafío. Pero, por otro lado, el estudio realizado por el CONICET también apuntaba a registrar información sobre el estado de los cementerios y qué se puede hacer para mejorar el hábitat de las aves.
Sucede que en los principales parques de las ciudades que fueron visitadas por los especialistas, las instalaciones son adecuadas y pueden beneficiar a las especies de animales que los frecuentan.
Pero, como los cementerios son construidos con otro fin, hasta el momento no hay muchas propuestas destinadas a modernizar sus espacios verdes con el fin de preservar las aves que allí viven y fomentar la llegada de nuevas especies.
Entonces, a través de esta iniciativa, el CONICET anunció que los cementerios deberían impulsar, en un corto plazo:
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