Billiken te trae un recorrido a través de los factores que inciden en la altura de las poblaciones.
La variación de altura entre países es un fenómeno interesante y por el cual nos preguntamos a menudo. ¿Por qué los argentinos somos más altos que los vietnamitas, pero más bajos que los suizos? Que algunos países tengan personas más altas y otros más bajas es resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, contextuales y ambientales.
Hay una variedad enorme de condiciones que contribuyen a la diversidad global de alturas. Billiken te cuenta cuáles son.
El primer factor tiene que ver con algo más viejo que la vida misma: la genética. La altura suele tener un componente hereditario, ya que los genes que heredan las personas de sus papás influyen, sin duda, en el crecimiento y desarrollo de sus cuerpos.
Algunos genes específicos están asociados con el crecimiento óseo y la altura, con lo cual si una población es más baja que otra, esto puede deberse en parte al trasfondo genético.
La variabilidad de este trasfondo entre las poblaciones humanas puede dar lugar a diferencias en la altura. Pero, según la ciencia, este no es el único factor.
Para determinar si la diferencia entre las alturas promedio de los países tenía o no que ver con algo plenamente genético, los científicos comenzaron sus investigaciones.
En 1914, concluyeron que la altura también estaba relacionada con factores contextuales. Es decir, una altura mayor o menor se debía a la situación particular de distintas poblaciones. Se notó que las personas más altas casualmente también vivían en buenas condiciones, por ejemplo:
La teoría más clara, entonces, pareciera ser que vivir mejor, comer mejor y disfrutar de una vida más sana ayuda a que las generaciones futuras de un país sean más altas. Prueba de esto son los Países Bajos, cuya población tiene uno de los promedios de altura más grandes del mundo. Pero esto no siempre fue así.
Hace unos 150 años, los holandeses no eran únicos en comparación con otros europeos. Su altura promedio era un poco inferior a la de los países nórdicos y a la de Alemania. ¿Qué cambió? La división de la riqueza.
Antes, la mayor parte del dinero, el acceso a mejores alimentos y los trabajos estaban concentrados en manos de unas pocas personas. A medida que los Países Bajos se volvieron más igualitarios y los recursos comenzaron a repartirse en toda la población, su altura empezó a aumentar.
El mismo patrón se puede aplicar al resto de europeos: no es casualidad que los países con los estándares de felicidad más altos del mundo -Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia- estén entre los más altos.
¿Qué tiene que ver la geografía y el clima con la altura promedio de distintos países? Bueno, mucho. Por ello tenemos que sumar estas dos áreas a la investigación.
En primer lugar, el clima y la geografía inciden en la disponibilidad de recursos alimentarios: es más probable que las comunidades tengan acceso a alimentos nutritivos en áreas geográficas donde el suelo es fértil y el clima es favorable para la agricultura. A mayor nutrición, mayor altura.
En segundo lugar, es importante considerar que las poblaciones que viven en altitudes elevadas -como las montañas- suelen experimentar adaptaciones fisiológicas en respuesta a la reducción de la disponibilidad de oxígeno. Estas adaptaciones pueden afectar el desarrollo físico, incluida la altura.
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