Rembrandt (1606-1669) fue uno de los principales pintores barrocos, el estilo artístico surgido en el siglo XVII. Se lo conoce por el nombre y no por el apellido porque así tenía por costumbre firmar sus pinturas.
La historia de Rembrandt
Rembrandt era el noveno hijo de un molinero y de la hija de un panadero, oficios que en aquella época estaban bien remunerados. Por eso, cuando decidió que quería ser pintor, sus padres no tuvieron dificultad en pagarle los estudios. Y aprendió muy rápido. A los 21 años había dejado el hogar paterno y daba clases de pintura. Quien ayudó a hacerlo popular fue el poeta y funcionario Constantijn Huygens, el primero en descubrir su talento.
Rembrandt siempre tuvo mucho trabajo y poco descanso. De acuerdo con los expertos hizo más de trescientos cuadros, unos dos mil dibujos y otros trescientos grabados. Entre sus principales obras, se pueden mencionar “El buey desollado” y la serie de autorretratos que se hizo durante toda su vida.
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Era muy conocido y recibía muchos pedidos, mayormente retratos. Era un maestro en eso y lo sabía, tenía mucho orgullo. Él mejor que nadie sabía que era bueno. Por eso le molestó bastante cuando un funcionario que le había encargado un retrato, al ver el trabajo finalizado dijo que no le parecía muy realista. El pintor no lo contradijo, quizás por eso de que el cliente siempre tiene razón, y se comprometió a mejorar la pintura. Sin embargo, tenía preparada una pequeña venganza. Cuando el funcionario regresó al estudio para ver la nueva versión de su retrato le llamó la atención una moneda que había en el suelo. Con disimulo se agachó a recogerla, pero no pudo, ya que había sido pintada por Rembrandt. El hombre comprendió entonces la genialidad del pintor y se llevó el cuadro a su casa sin siquiera mirar el resultado final. Quedó muy avergonzado, y Rembrandt muy divertido, sin dudas.
No aclaren que oscurece
En un museo de Amsterdam se exhibe una de las pinturas más admiradas de Rembrandt, la “Ronda nocturna”. Está llena de personajes, pero la figura central la ocupa un grupo de mosqueteros que está de recorrida por un barrio de la ciudad. Lo curioso de este trabajo es que el autor lo llamó “La milicia del capitán Frans Banninck Cocq”. ¿Y de dónde viene lo de la ronda nocturna? Es que con el tiempo los colores se fueron oscureciendo hasta que la escena parece ser de noche, cuando en el original… ¡es de día!