Las interjecciones son palabras o expresiones que, pronunciadas en tono exclamativo, expresan por sí solas un estado de ánimo o captan la atención del oyente. En esta nota, Billiken te ofrece algunos ejemplos.
Las interjecciones son palabras o expresiones que, pronunciadas en tono exclamativo, expresan por sí solas un estado de ánimo o captan la atención del oyente. Se escriben entre signos de admiración.
Se cree que las interjecciones son vestigios de las formas primitivas del lenguaje. Algunas de sus funciones, además de expresar o desahogar un sentimiento, son apelar al interlocutor, saludarlo, despedirlo y darle conformidad o agradecimiento. Estas expresiones son prácticamente equivalentes a una oración completa y describen una acción sin estar sintácticamente organizadas.
Generalmente las interjecciones se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente, pero cuando se incorporan en una oración lo común es que aparezcan localizadas al principio, como por ejemplo: “¡Ay!, ¡qué dolor!”. Si se insertan en una oración quedan estrictamente fuera de su secuencia, como por ejemplo: “Lloró la niña, ¡ay!, ¡cómo sufría!”. Otras veces las interjecciones van seguidas de grupos nominales (¡Vaya, qué sorpresa!), grupos preposicionales (¡Adiós a las vacaciones!) y oraciones (¡Ojalá gane el partido!).
Existen expresiones en español que son interjecciones. A continuación, una serie de ejemplos:
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