Aunque se lo conoce popularmente como Domingo Sarmiento, su verdadero nombre de pila fue Faustino Valentín y fueron sus padres quienes comenzaron a llamarlo de esta forma.
José Clemente Quiroga Sarmiento y Paula Albarracín eran devotos de Santo Domingo, una figura religiosa emparentada con el catolicismo. Por lo tanto, decidieron apodarlo con el mismo nombre.
Una vez que Sarmiento tomó estado público por su carrera política, decidió mantener aquel legado. Esto explica por qué siempre se lo llamó Domingo Faustino y no Faustino Valentín. De hecho, esta costumbre también la llevó a los documentos, donde siempre firmó con su apodo.
