En Argentina, hubo mujeres que escribieron capítulos imborrables de nuestra historia. María Angélica Barreda, Elisa Bachofen y Finlandia Pizzul fueron tres de ellas, especialmente por haber sido las primeras universitarias de sus carreras.
María Angélica Barreda, la primera abogada de Argentina
Estudió derecho en la Universidad de La Plata y se recibió en 1909, cuando tenía tan solo 22 años. Esto la convirtió en la primera abogada de Argentina.
Por ser mujer, su solicitud para ser matriculada en la Provincia de Buenos Aires fue rechazada. Ante su insistente batalla judicial, el caso llegó a la Suprema Corte Bonaerense donde, con un fallo dividido, obtuvo el permiso.
Participó en más de 500 juicios y fue Jefa de Asuntos Legales de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires. Trabajó como abogada hasta 1952, cuando decidió retirarse del ejercicio profesional.
Elisa Beatriz Bachofen, la primera ingeniera
Estudió en la Universidad de Buenos Aires y se recibió en 1917. Esto la convirtió en la primera ingeniera de Argentina pero también de América Latina porque hasta entonces ninguna otra mujer de la región había logrado diplomarse en esta área.
Según el Centro Argentino de Ingenieros, fue proyectista de puentes en la ex Dirección de puentes y Caminos desde 1919 a 1932 y, al crearse la Dirección Nacional de Vialidad, tuvo a su cargo la organización de dicho departamento y la dirección de obras viales entre 1933 y 1953.
Además, fue Secretaria general y Presidente de la Comisión Técnica del Círculo Argentino de Inventores. También presidió la Asociación Argentina de Bibliotecas y Centro de Información Científicos y Técnicos.
Finlandia Elisa Pizzul, la primera arquitecta
Estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y se recibió en 1929, cuando tenía 27 años. Hasta entonces, había 485 graduados con el mismo título, pero todos eran hombres. Esto la convirtió en la primera mujer arquitecta de Argentina.
Ejerció como subinspectora de obras en la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Nacionales, donde también fue la primera figura femenina en ocupar ese puesto.
A lo largo de su carrera, se desempeñó como Directora General de Talleres y Conservación del Ministerio de Salud Pública, Directora General de Conservación del Ministerio de Obras Públicas de la Nación y asesora de la Dirección Nacional de Arquitectura.