Para hablar del día más caluroso de la historia en la Ciudad de Buenos Aires, tenemos que remontarnos a una jornada que parece sacada de una película de ciencia ficción. Fue el 29 de enero de 1957. Aquel martes, la ciudad se convirtió en un verdadero horno cuando el termómetro alcanzó los 43,3°C. Hasta el día de hoy, esa marca de calor extremo se mantiene como el récord absoluto de temperatura máxima desde que se tienen registros oficiales.
En aquella época, sin la abundancia de aires acondicionados que tenemos hoy, los vecinos buscaban refugio en las sombras de los parques, las fuentes públicas y, por supuesto, en la brisa del Río de la Plata. Fue un evento de calor extremo tan inusual que quedó marcado en los libros de historia como el estándar máximo de lo que el verano porteño puede alcanzar en la zona metropolitana.
Los otros escalones del podio frente al calor extremo en Buenos Aires
Si bien el récord de 1957 parece inalcanzable, hubo otras dos jornadas que hicieron que Buenos Aires "ardiera". La segunda marca más elevada en la historia ocurrió en dos fechas distintas, compartiendo el puesto con un registro de 40,5°C. La primera vez que se llegó a esa cifra fue el 31 de enero de 1935, durante un verano particularmente seco. Décadas más tarde, el 18 de diciembre de 1995, el fenómeno se repitió, sorprendiendo a todos justo antes de las fiestas de fin de año.
Finalmente, el tercer puesto de este ranking de temperaturas sofocantes nos lleva a la década del 40. El 18 de enero de 1943, los porteños debieron soportar una máxima de 40,3°C. Estas cifras demuestran que, aunque el cambio climático es una preocupación actual, Buenos Aires siempre ha tenido episodios de temperaturas sofocantes que desafiaron la resistencia de sus habitantes.
Las tres marcas de calor extremo más altas en la historia de la Ciudad de Buenos Aires
- Primer puesto: 29 de enero de 1957, con un registro de 43,3°C.
- Segundo puesto (empate): 31 de enero de 1935 y 18 de diciembre de 1995, con 40,5°C.
- Tercer puesto: 18 de enero de 1943, con una marca de 40,3°C.
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¿Cómo se midieron estos récords?
Para que una temperatura sea considerada récord oficial, debe ser registrada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) bajo condiciones específicas. Los termómetros se ubican en estaciones meteorológicas,protegidos dentro de garitas especiales que permiten la circulación del aire pero evitan la radiación directa del sol. Esto es lo que diferencia a la "temperatura real" de la "sensación térmica", que suele ser mucho más alta debido a la humedad.
Entender estos registros nos ayuda a comprender mejor el clima de nuestro país. El fenómeno del calor extremo en las ciudades se ve potenciado por lo que los especialistas llaman "isla de calor", un efecto donde el asfalto y los edificios retienen la energía solar, haciendo que la temperatura no baje lo suficiente durante la noche. Por eso, conocer nuestra historia climática no solo es una curiosidad, sino una herramienta fundamental para prepararnos mejor ante los veranos del futuro y cuidar nuestra salud cuando el sol no da tregua.
